Autónomos y contabilidad: mantener a raya tus cuentas es posible
La contabilidad para autónomos puede resultar compleja, pero seguir estas pautas te ayudará a mantener todo en orden y cumplir con tus obligaciones
Aprender cómo llevar la contabilidad de un autónomo puede ser uno de los pasos más engorrosos y menos agradables de tu actividad. Existen muchas variantes que tener en cuenta y es bastante probable que debas acudir a un asesor fiscal para mantener todas tus cuentas en orden. Sin embargo, por poco apetecible que suene dedicar tiempo a tus trámites fiscales, la realidad es que tener en orden tus cuentas no solo te aportará paz mental (y menos problemas con Hacienda o la Seguridad Social), sino que te ayudará a conocer el estado de salud de tu negocio: en qué gastos se va el dinero, cuántos ingresos tienes realmente, en qué áreas debes recortar o dónde realizar más esfuerzos... Te contamos algunas claves sobre la contabilidad del autónomo.
Autónomos y contabilidad: algunas claves para mantener a raya tus cuentas
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Lo más importante es comprender que la contabilidad del autónomo va a variar en función de muchos factores: tu tipo de actividad, si tienes empleados a tu cargo, si tienes obligación o no de mantener ciertos libros contables, si tributas por módulos o por estimación directa... Por eso es imposible resumir en un solo artículo toda la casuística existente, de la misma forma que será conveniente que plantees tu caso ante un asesor. De lo que no se libra ningún profesional por cuenta propia es del pago de impuestos y de la cuota a la Seguridad Social, lo que implica ciertas obligaciones.
Para responder a esta necesidad, es posible es marcar ciertas pautas universales para que tu contabilidad se lleve a cabo de forma ordenada y sin errores. Estos son algunos consejos para mantener a raya tus cuentas:
- Conoce tus obligaciones concretas: Cada situación tiene las suyas, por lo que deberás informarte sobre qué papeleo te afecta y mantener un orden con respecto a toda la documentación que se genere en torno a ello. Cómo debes emitir facturas y cuándo, qué gastos puedes aplicarte, qué modelos de Hacienda debes presentar y cuándo... Existen calendarios fiscales y muchísima información sobre ello. Siempre puedes llamar a Hacienda para informarte sobre cualquier duda.
- Crea un método de orden acorde a tus necesidades. Debe ser intuitivo y sencillo, y estar alineado con las necesidades de tu asesor fiscal. También puedes hacerte con un software de facturación y contabilidad con el que, por ejemplo, automatizar la generación de facturas o recibir alertas con tus futuras obligaciones fiscales.
- Busca un asesor fiscal de tu confianza. Tu asesor fiscal debe ser de tu completa confianza. Si notas cierto descuido en su gestión, cambia. Se trata no solo de presentar tus cuentas, sino de obtener un asesoramiento completo para favorecer tus intereses. Del mismo modo, no dejes de cumplir con tu parte y hazle llegar de forma puntual y ordenada la documentación que necesite. Respetar el tiempo y el trabajo de los demás es la mejor forma de que se nos trate con el mismo cuidado y atención.
- Documenta tu actividad. Ya sea a través de un libro contable si tienes esta obligación, ya sea por cualquier otra vía que te funcione, debes documentar tu actividad. Registra tus ingresos y gastos y, en definitiva, cómo se comporta tu negocio. Existen múltiples herramientas para ello (aunque hay quien sigue prefiriendo un simple documento de texto en el que anotarlo todo).
- Guarda tus facturas y gastos y digitalízalos de forma ordenada. Lo mejor es no dejarlo para el final e ir almacenando de forma ordenada toda esta documentación a medida que se genera. Digitalizarla también es clave, sobre todo de cara a justificar gastos con facturas que se acaban borrando con el paso del tiempo por el uso de tinta digital. Asimismo, en lo que a Hacienda se refiere, deberás almacenar todos estos documentos al menos durante 10 años. Con las novedades fiscales introducidas en 2015, el plazo de prescripción para la comprobación de las bases imposibles y las deducciones es de 10 años desde el fin del plazo de presentación de la declaración en que se generaron.
- Analiza tu negocio. Es la mejor forma de seguir mejorando, y para ello nada mejor que utilizar los datos que arroja tu contabilidad. Te contarán mucho sobre cómo has evolucionado y qué debes hacer para seguir creciendo.
- Presta atención a las novedades en materia fiscal y contable. Aunque tengas un asesor fiscal, no está de más permanecer atento ante novedades que puedan afectarte, también en sentido positivo (ayudas, subvenciones, etc.)
Aunque mantener orden en tus cuentas como autónomo puede resultar engorroso, también es cierto que archivar cada movimiento relevante en el momento en que se produce te ayudará probablemente a ahorrar tiempo en el futuro, al no tener que emplear tiempo en recopilar documentación desordenada y recordar a qué corresponde cada uno de ellos.