Si estás pensando en dar forma a una idea de negocio y llevarla a la práctica, seguro que te has preguntado cómo constituir una empresa para tu caso. Elegir el tipo de forma jurídica que mejor se adapte a tu situación es sin duda una de las claves para evitar problemas en el futuro, por lo que conviene dedicar algún tiempo a este punto. Además, antes de pasar por el notario es imprescindible estudiar la viabilidad del negocio y elaborar tu plan de empresa. Constitución de sociedades: ¿Cómo constituir una empresa? Hay 24 pasos que no debes pasar por alto
Lo primero que debes hacer antes de dar el paso de crear formalmente una empresa con personalidad jurídica propia es revisar atentamente todos los pormenores relacionados con tu idea de negocio. Así, deberás analizar su viabilidad basándote en datos objetivos (estudios de mercado, análisis de rentabilidad, etc.), así como simular modelos de negocio y elaborar un plan de empresa. Este documento deberá centrarse en estudiar ciertos puntos clave como la definición de tu actividad, el posible riesgo, tu capacidad financiera, un estudio de tu competencia, cierta planificación a medio y largo plazo...
Una vez tengas claro que tu idea merece tomar la forma de negocio tangible y que es viable invertir en ello, el siguiente paso será comenzar el proceso de constitución y elegir la forma jurídica. En general, esta decisión dependerá de factores como el número de socios, el capital social, la repercusión fiscal y laboral o la futura contratación de trabajadores. Los trámites burocráticos que deberás realizar a continuación dependerán de la forma jurídica elegida.
Estos son los tipos de empresa que puedes crear:
Una vez elegida la forma jurídica, el siguiente paso es cumplir con los trámites burocráticos necesarios.
En caso de ser persona física y actuar como tal, los trámites serán más sencillos. Deberás presentar en Hacienda el modelo 037 de alta de empresarios indicando todos tus datos (nombre, domicilio fiscal, características del local si lo tienes, actividad, fecha de inicio...) Desde ese momento tendrás 30 días para darte de alta en la Seguridad Social como profesional autónomo, eligiendo una base de cotización y una mutua.
Además, en caso de necesitar local para tu actividad, deberás tener en cuenta los requisitos que marque la normativa local para desarrollar tu actividad y hacer frente a permisos y licencias, pago de tasas...
Si optas por una persona jurídica, los trámites se volverán más complicados, ya que será obligatorio firmar una escritura ante notario e inscribir la sociedad en el Registro Mercantil. También obtener una Certificación negativa del nombre de la Sociedad, es decir, un documento que demuestre que el nombre elegido no está siendo utilizado por otra empresa (basta con solitario en la web del Registro Mercantil Central).
Otro trámite necesario será crear una cuenta de empresa en la que aportar los fondos necesarios para constituir la sociedad, así como solicitar un NIF provisional, que obtendrás presentando el modelo 036 en Hacienda. Para obtener tu NIF definitivo deberás marcar la casilla 120 del modelo 036 y presentar la documentación original de constitución de la empresa. La obtención de un certificado digital para poder operar será otro paso imprescindible.
Para poder comenzar tu actividad también tendrás que dar de alta la empresa en el epígrafe o epígrafes del IAE que correspondan, así como dar de alta en la Seguridad Social bien al administrador, bien a los socios trabajadores. El paso final será, una vez constituida la empresa con el NIF definitivo, comunicar el inicio de la actividad a Hacienda a través del modelo 036.
Por último, recuerda que la fiscalidad de la sociedad mercantil es más complicada que la de la persona física: la sociedad estará sujeta al Impuesto sobre Sociedades, con todo lo que ello implica.
También es importante tener en cuenta que es muy conveniente firmar un pacto de socios que regule las relaciones internas dentro de la sociedad. El objetivo de este pacto, que puede elaborarse con ayuda de un abogado y que tiene carácter voluntario, es garantizar la resolución de conflictos que puedan poner en riesgo la continuidad del proyecto. En él pueden tratarse aspectos como las reglas de decisión en caso de bloqueo, las condiciones de entrada de nuevos socios o de salida de éstos, cláusulas de no competencia entre socios...