¿Se mudan los ricos para pagar menos a Hacienda? Cualquier impuesto a la riqueza siempre se ha considerado una especie de novia a la fuga, pero hay pocos estudios sobre esa movilidad. Un americano, un alemán y una española le han puesto cifras al caso del impuesto de patrimonio (IP) de nuestro país: 6.000 ricos se mudaron a Madrid en cinco años. La fuga arranca en 2011, el año en el que esta comunidad redujo a cero este impuesto.
“La gente no se aprovecha de las pequeñas diferencias de tipos entre CCAA (que las hay). Lo que encontramos es que el único efecto que realmente importa es el hueco que genera Madrid porque todos los contribuyentes de patrimonio que se mueven se van allí”, explica Dirk Foremny, uno de los investigadores. “Lo único que cambia es que a partir de 2011 esta comunidad decide bonificar el 100% del impuesto. Creemos que este movimiento que vemos responde a ese cambio fiscal”.
El incremento de estos contribuyentes en Madrid entre 2010 y 2015 contrasta con la caída media de 375 en el resto de regiones, según este estudio. “Lo más relevante de nuestra investigación es que mostramos que tras la descentralización del impuesto en 2011 el stock de grandes patrimonios en Madrid crece hasta llegar a ser un 10% más alto en 2015”, explica Clara Martínez-Toledano, coautora del estudio.
Estos economistas hablan del efecto paraíso fiscal. “No tiene por qué ser ilegal”, matiza Foremny. “Un paraíso fiscal es un territorio que da beneficios a algunos contribuyentes y resulta atractivo. No hace falta que pase nada oscuro. Madrid no incumple la ley pero quizá la gente que se aprovecha a lo mejor lo hace de una manera no tan legal”. Un indicador pueden ser las inspecciones de Hacienda: su número ha ido creciendo conforme ha aumentado el número de ricos que se mudaba a Madrid, apunta el estudio.
Se sabe por la teoría que cualquier impuesto a la riqueza puede generar este tipo de movimientos si existen “huecos”, como dice Foremny. “Hay mucha evidencia anecdótica tipo: un actor o cantante famoso se muda a tal sitio para no pagar tantos impuestos. Pero esta es de las primeras veces que se cuantifica el efecto movilidad derivado del impuesto al patrimonio”.
En el año 2018, 206.000 personas declararon el IP. La recaudación total ascendió a 1.123 millones de euros. Podría haber sido mucho más: Madrid bonificó 905 millones de euros a sus declarantes del impuesto.
Los investigadores realizan varias hipótesis para ver cuáles han sido las regiones más afectadas por la rebaja de Madrid. En los puestos más altos destacan: Castilla y León, Castilla La Mancha y Asturias que llegan a perder hasta un 10% de la recaudación por patrimonio. “De media, la recaudación cae un 4%-5% en el resto de regiones entre 2011-2015 debido a la descentralización y a la movilidad de declarantes a Madrid”, sostiene Martínez-Toledano.
Que una región decida no cobrar este impuesto genera una externalidad que hay que considerar, apuntan estos economistas. “No es sólo por la pérdida de recaudación por patrimonio, también afecta al impuesto de la renta (IRPF), el ingreso más importante de las CC.AA”. La riqueza se traslada a Madrid y con ella también suele ir el IRPF.
“Para las personas con ingresos elevados es mucho más fácil realizar cambios de residencia. El 80% de la gente rica tiene varias propiedades y para mover tu residencia fiscal sólo necesitas una dirección”, argumenta Foremny.
¿Por qué existe este impuesto? Uno de los motivos es contribuir a mejorar la progresividad del sistema fiscal, suelen decir quienes lo defienden. Es el caso de estos tres economistas. “El efecto directo del impuesto es una reducción de la concentración de la riqueza y por lo tanto de las desigualdades de patrimonio. En nuestro artículo encontramos que la movilidad de declarantes a Madrid ha contribuido a aumentar la concentración de grandes patrimonios en esta comunidad”, concluye Martínez-Toledano.
Madrid siempre ha sido la región con mayor concentración de riqueza, pero entre 2010 y 2015 aumentó un 16%, “el doble de lo que lo hubiera hecho sin esa rebaja fiscal en patrimonio. En el resto de CCAA cae un 1%”.
Este resultado merece también atención: da la casualidad de que Madrid es también la capital del país. “El incremento de la concentración de la riqueza puede tener consecuencias políticas dado el poder que ejercen las élites económicas en el diseño de las políticas”, recuerda este estudio.
A partir del año 2011 España se convirtió en una especie de experimento real con este impuesto que grava la riqueza. Una región decidió bajarlo a cero, mientras el resto lo mantenía. “El contexto español es ideal para poder entender mejor el impacto de este impuesto sobre la desigualdad, la recaudación y su efectividad”, apunta Martínez-Toledano.
En el año 2007 los tipos del impuesto al patrimonio eran prácticamente igual en toda España (menos en Cantabria, que eran superiores).
Pero a partir de 2011 (cuando se retoma después de la crisis), empiezan a aparecer las diferencias. Unos suben, otros bajan y Madrid lo reduce a cero.
Una de las dificultades del estudio han sido los datos. Como en Madrid en la práctica es como si no existiera el impuesto, no hay información sobre quién tributa. Para sortear este problema los investigadores han partido del año 2007. “Sabemos quién era contribuyente ese año y lo hemos conectado con la información del IRPF”, explica Foremny. “Podemos seguir a la misma persona a lo largo del tiempo y ver qué hace tras los cambios en Madrid”.