¿Qué son las cuentas bancarias de herencia yacente?

  • La herencia yacente se activa tras un fallecimiento de una persona y se mantiene hasta que los herederos aceptan o renuncian a su herencia

  • Aunque los bienes no tengan un titular definitivo, las obligaciones fiscales y deudas asociadas al patrimonio deben ser atendidas

  • ¿Quién recibe una herencia si no hay testamento?

La herencia yacente es una figura jurídica que se activa tras el fallecimiento de una persona y se mantiene hasta que los herederos aceptan o renuncian a la herencia. Durante este periodo, los bienes, derechos y obligaciones del difunto carecen de un titular definitivo, lo que incluye también a las distintas cuentas bancarias que este tuviera. Estas cuentas, denominadas "cuentas bancarias de herencia yacente", requieren una gestión cuidadosa para evitar posibles problemas tanto legales, como financieros.

Más en general, la herencia yacente se refiere al estado en que se encuentra el patrimonio de una persona fallecida desde su deceso hasta que los herederos toman una decisión respecto a la herencia. Durante este intervalo, los bienes permanecen sin un propietario claro, aunque los herederos potenciales tienen la capacidad de gestionarlos para su conservación y administración ordinaria. 

Es importante destacar que, aunque los bienes no tengan un titular definitivo, las obligaciones fiscales y deudas asociadas al patrimonio deben ser atendidas. Esto incluye el pago de impuestos como el IRPF, IVA o IBI, que continúan generándose durante la fase de herencia yacente. 

Gestión de las cuentas bancarias en la herencia yacente

Las cuentas bancarias del fallecido forman parte del patrimonio en herencia yacente. Los herederos deben notificar a las entidades bancarias sobre el fallecimiento y proporcionar la documentación necesaria, como el certificado de defunción y el testamento o declaración de herederos, para acceder a la información de las cuentas. 

Es fundamental que los herederos no realicen retiradas de efectivo o movimientos en las cuentas sin la debida autorización y sin haber seguido antes los procedimientos legales correspondientes. Retirar dinero sin el consentimiento expreso de todos los herederos y sin contar con la tramitación necesaria puede constituir un delito de apropiación indebida, con posibles sanciones a nivel penal en función de la cantidad retirada ilegalmente. 

Las cuentas bancarias del fallecido pueden seguir generando comisiones de mantenimiento y otros gastos mientras se encuentran en estado de herencia yacente. Es responsabilidad de los herederos gestionar estas cuentas para evitar la acumulación de deudas que puedan disminuir el valor del patrimonio heredado. 

Procedimiento para acceder a las cuentas bancarias del fallecido

Para poder disponer con libertad de los fondos disponibles en las cuentas bancarias de la persona fallecida, sus herederos legales deben seguir una serie de pasos pre-definidos:

  1. Notificación al banco: Informar a la entidad bancaria sobre el fallecimiento del titular, presentando el certificado de defunción.
  2. Acreditación de la condición de heredero: Proporcionar el testamento o la declaración de herederos que demuestre quiénes son los beneficiarios legales.
  3. Liquidación de impuestos: Pagar los impuestos correspondientes, como el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, presentando la autoliquidación ante la Agencia Tributaria.
  4. Aceptación de la herencia: Formalizar la aceptación de la herencia mediante escritura pública ante notario.
  5. Presentación de documentación al banco: Entregar al banco la escritura de aceptación de herencia y la liquidación de impuestos para acceder a los fondos.

Es importante destacar que cada entidad bancaria puede tener ciertos procedimientos que sean específicos, por lo que siempre es recomendable consultar con tu banco si hay requisitos particulares más allá de los legalmente establecidos. 

Durante el periodo de herencia yacente, los herederos deben ser conscientes de las obligaciones fiscales asociadas al patrimonio del fallecido. Además, es esencial gestionar adecuadamente las deudas pendientes para evitar responsabilidades legales. En algunos casos, puede ser recomendable designar a un administrador o albacea para la gestión de los bienes durante esta fase transitoria.