Nos enfrentamos a los primeros calores, ese momento del año en que comenzamos a encender el aire acondicionado o el ventilador que tengamos más a mano. Entre un caso y otro, con una inflación alta y el coste de la energía por las nubes, es frecuente plantearse la gran duda: ¿por qué tipo de climatización optamos? ¿Cuál es más barata?
Es importante tener en cuenta que son electrodomésticos con distintas prestaciones. También es clave tener en cuenta no solo el precio del aparato, sino también cómo repercutirá en nuestro consumo eléctrico.
Dependiendo del aparato que tengamos y del uso que hagamos de él, refrigerar una habitación de unos 20 metros cuadrados (el tamaño medio de un salón) puede suponer una subida de hasta 25 euros mensuales en nuestra factura de la luz, según un estudio realizado por el comparador Selectra.
La creencia generalizada es que el ventilador es más barato que el aire acondicionado. ¿Siempre? Depende de lo que necesitemos. Si vivimos en una zona con veranos suaves, no habrá que bajar la temperatura de manera drástica. Pero ante un clima extremo, cuando se superan los 30 grados fácilmente, sí tendremos que hacernos con aparato con otras prestaciones.
El ventilador sería apropiado en el primer caso. Este tipo de electrodomésticos simplemente mueven el aire, haciendo que el más cálido, por la simple ley de la física, se eleve y abajo quede el más frío. Así se crea cierta sensación de frescor, pero, realmente, la temperatura de la estancia no cambia.
Por el contrario, el aire acondicionado sí regula la temperatura interior de una estancia. Para ello, utiliza un gas que circula por las tuberías de su instalación refrigerando el ambiente a la temperatura deseada. Para saber la potencia del aparato, hay que conocer sus frigorías, la unidad que mide la capacidad de enfriamiento de un equipo: a más frigorías, más rápidamente bajará la temperatura.
Aquí es donde acaba el sentido común y empieza la tarea de comparar costes y eficiencia. El sentido común nos dice que un ventilador tiene que ser más económico que un aparato más sofisticado y potente, como es un equipo de aire acondicionado.
En términos generales, es así. Los ventiladores consumen entre 60 y 90 watios por hora. Por el contrario, un equipo de aire acondicionado tipo Split de 3.000 frigorías (los más vendidos) suelen consumir 1.000 watios/hora. En principio, una diferencia abismal entre un sistema y otro. La pregunta es si siempre se comportan así o hay excepciones.
La clave que nos permitirá ser eficientes; es decir, utilizar la mejor opción de la manera más económica, es comparar ambos sistemas viendo lo que gastan en las horas de consumo real.
Según el comparador Selectra, un hogar consume de media alrededor de 184 horas al mes de aire acondicionado, distribuidas a lo largo de seis horas de lunes a viernes, entre las 20.00h y las 01.00h, más o menos el momento en que llegamos a casa del trabajo y la casa aún guarda el calor acumulado del día.
Sin embargo, durante el fin de semana el consumo sube a unas ocho horas diarias, desde la hora de comer hasta las 20.00h. El coste del consumo fluctuará dependiendo de si el aparato tiene tecnología ‘inverter’ (temperatura estable a lo largo de las horas) o bien se enciende y se apaga, lo que incrementaría el consumo.
En el coste también va a influir si nuestra factura de la luz tiene contratada una tarifa de discriminación horaria (DH) o no.
En la comparativa realizada por la web E-ficiencia, hay un sistema que bate todos los récords de precio: las torres de refrigeración portátiles cuestan alrededor de 25 euros al mes. Son, por tanto, la modalidad más cara de refrigeración.
¿Y entre los más baratos? El aire acondicionado con sistema ‘inverter’ triple A: en torno a los 13 o 14 euros mensuales si la tarifa es sin discriminación horaria.
De hecho, este tipo de aire acondicionado es el segundo más barato, después de los ventiladores de pie o sobremesa, con un coste de, aproximadamente, unos 10 euros al mes.
Sin embargo, los ventiladores no son siempre los más asequibles. Los de techo son los terceros más caros de todos los sistemas de refrigeración, ya que el consumo mensual de un ventilador de techo oscila entre los 16 y los 17 euros, tres euros más que un aire acondicionado ‘inverter’.
La compra de un equipo de aire acondicionado, en cualquier modalidad, siempre es más cara que la de un ventilador, ya que hay que incluir, además del propio aparato, el coste de la instalación.
¿Cuándo compensa y es rentable? Es importante escoger el sistema adecuado en función de nuestras necesidades (por ejemplo, ¿primera o segunda residencia?), el clima y las condiciones del hogar (orientación de las estancias y metros cuadrados). Con estas variables y teniendo en cuenta datos de consumo y prestaciones, un ventilador de techo consume más que un aire acondicionado ‘inverter’ sin ofrecer la misma capacidad de refrigeración.
Al mismo tiempo, los expertos advierten de que para lograr un ambiente confortable los ventiladores tienen que usarse mucho tiempo. A largo plazo, disparan el consumo eléctrico, mientras que otros sistemas con mayor eficiencia energética pueden ser más caros de inicio, pero no repercuten tanto en la factura.
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