El hecho de presentar la Declaración de la Renta es un deber cívico y legal para muchos españoles que, año tras año, pone a prueba la diligencia y el conocimiento fiscal de los contribuyentes en nuestro país. Para el ejercicio fiscal 2023, cuya declaración se debe presentar entre el 3 de abril y el 1 de julio de 2024, el proceso no es menos desafiante, especialmente cuando se trata de preparar el borrador. A continuación, os contamos los errores más comunes y también os ofrecemos una serie de consejos prácticos para evitarlos, asegurándonos así de presentar una declaración precisa y ventajosa.
El entusiasmo o, en algunos casos, el deseo de despachar rápidamente este deber fiscal lleva a muchos contribuyentes a confirmar su borrador sin haber realizado una revisión adecuada. Este error puede costar caro, ya que puede traducirse en pagos excesivos al fisco o la omisión de deducciones cruciales. Antes de aceptar el borrador, es esencial verificar tanto los datos fiscales como los personales. La Agencia Tributaria recopila información de diversas fuentes para configurar nuestro borrador, pero esta puede estar incompleta o desactualizada.
Un área compleja de la declaración es la compensación de pérdidas y ganancias patrimoniales. La legislación permite compensar pérdidas contra ganancias, reduciendo así la base imponible. Sin embargo, es crucial entender y aplicar correctamente las reglas para la compensación de estas partidas, evitando así errores que pudieran afectar la liquidación del impuesto.
Frecuentemente, los contribuyentes olvidan que tanto las prestaciones por desempleo como las ayudas recibidas durante un ERTE se consideran ingresos tributables. Incluir correctamente estos ingresos es de vital importancia, ya que alteran el umbral para la obligatoriedad a la hora de declarar y pueden afectar significativamente al resultado de la declaración.
Omitir la inclusión de segundas residencias en la declaración es otro de los errores habituales que puede llevar a sanciones de parte de la Agencia Tributaria. Ya sea que la propiedad esté alquilada o no, su posesión genera obligaciones fiscales que deben ser reportadas, bajo la forma de rendimientos del capital inmobiliario o imputaciones de renta inmobiliaria.
Una concepción errónea común es asumir que, al no alcanzar el umbral de ingresos obligatorios para declarar (22.000 euros anuales de un único pagador), no es necesario ni beneficioso solicitar el borrador. Sin embargo, en muchos casos, la declaración podría resultar en una devolución de impuestos a favor del contribuyente, especialmente si se han practicado retenciones sobre ingresos menores.
Las deducciones por maternidad y por familia numerosa son beneficios fiscales importantes, pero aplicarlos incorrectamente puede llevar a errores en la declaración. Es imprescindible revisar que estas deducciones se ajusten a las situaciones personales y familiares actuales reales y que cumplen con los requisitos específicos para su aplicación.
Cada comunidad autónoma en España ofrece deducciones específicas que pueden reducir la carga fiscal del contribuyente. Desde deducciones por alquiler hasta aquellas por gastos educativos o inversiones en energías renovables, es fundamental revisar y aplicar todas las deducciones autonómicas pertinentes. Sobre todo teniendo en cuenta que hacemos la declaración donde estamos empadronados, y no donde se desarrolla nuestra actividad económica.
Antes de finalizar el borrador, es aconsejable evaluar cuál modalidad de declaración —individual o conjunta— resulta más beneficiosa económicamente. Esta decisión puede influir significativamente en el resultado final de la declaración y, por ende, en la cuantía de la devolución o el pago a realizar.
Estos puntos subrayan la importancia de abordar la Declaración de la Renta con atención y cuidado, aprovechando todas las deducciones y beneficios fiscales disponibles, y asegurándose de que todos los datos personales y financieros estén correctos y completos.