Hoy en día los derechos de los trabajadores han avanzado más que nunca en España, pero aún así siguen existiendo situaciones que pueden conducir al término de la relación laboral entre empleado y empleador. Es aquí donde surgen múltiples dudas, siendo una de ellas las consecuencias del despido durante un periodo de baja médica. Nos lanzamos de cabeza a discernir qué pasa en este caso, tanto en términos legales, como prácticos, referentes a esta incómoda situación.
Inicialmente, es crucial entender que la legislación laboral española permite el despido de un trabajador que se encuentra en situación de baja médica, siempre y cuando la baja en sí misma no constituya la causa directa del despido. Esta distinción es esencial, ya que hasta el 20 de febrero de 2020, existía la posibilidad de despedir a un trabajador por acumulación de faltas justificadas debido a bajas médicas intermitentes, bajo ciertos porcentajes especificados en la ley. Sin embargo, esta disposición fue derogada, eliminando así el denominado "despido por baja médica".
Dicha derogación del "despido por baja médica" supuso un hito significativo en la protección de los derechos de los trabajadores en España, asegurando que las bajas médicas justificadas no puedan ser utilizadas como causa directa para el despido. Sin embargo, esta protección no exime a los trabajadores de cumplir con sus obligaciones laborales, ni tampoco protege contra despidos basados en causas legítimas independientes de la situación de baja médica. En casos donde el despido se base incorrectamente en la baja médica, el trabajador tiene a su disposición vías legales para impugnar la decisión y, potencialmente, obtener una indemnización o incluso la readmisión en su puesto de trabajo.
Tras ser despedido, ya sea de forma procedente o improcedente, el trabajador mantiene el derecho a solicitar la prestación por desempleo. Este derecho se extiende independientemente de las circunstancias del despido, siempre que el trabajador cumpla con los requisitos generales para acceder a dicha prestación, como son: la afiliación y alta en la Seguridad Social, un mínimo de días cotizados por desempleo, y la inscripción como demandante de empleo en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
En el caso de que el despido se produzca durante un periodo de baja médica, el trabajador debe ser notificado adecuadamente por la empresa, generalmente a través de un burofax. Es importante que el trabajador esté atento a recibir esta notificación, ya que, de estar en desacuerdo con las causas alegadas para el despido, dispone de un plazo de 20 días hábiles desde la notificación del despido para impugnarlo. Si la Seguridad Social tiene nuestro número de teléfono, esta nos informará de que se nos ha dado de baja de la misma, incluso si la empresa no ha notificado adecuadamente el despido.
El proceso para disputar el despido comienza con la presentación de una papeleta de conciliación y, de no alcanzarse un acuerdo, puede continuar con la presentación de una demanda ante el Juzgado de lo Social competente. En este último extremo el procedimiento es el mismo que se seguiría en cualquier otro despido.
Cuando se opte por indemnizar al trabajador como despido improcedente, la indemnización sería de 33 días de sueldo por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades. Si el contrato tuviera una duración inferior a un año, esta cantidad se prorratea por meses completos.
Para los trabajadores en España, comprender los derechos y obligaciones en casos de despido durante una baja médica es fundamental para lidiar de la mejor manera posible con este tipo de situaciones. En caso de despido, es crucial actuar rápidamente para asegurar la notificación adecuada y, si fuera necesario, iniciar el proceso para impugnar el despido o reclamar una indemnización. Además tras ello debemos acudir a la oficina del SEPE para darnos de alta y empezar a percibir la prestación correspondiente. Adicionalmente, es recomendable buscar asesoría legal especializada para evaluar la situación específica y determinar la mejor estrategia a seguir.