Precios de la energía con subidas y bajadas constantes, mercados revueltos, tarifas que no se ajustan a lo que consumimos... Las facturas de los suministros, especialmente las del gas y la electricidad, causan más de un quebradero de cabeza a los españoles.
Pero, efectivamente, estos costes se pueden reducir, y no tenemos por qué seguir trucos sin ton ni son como ducharnos con agua fría o secar la ropa al aire libre para conseguirlo. Con motivo del Día internacional de la energía, he aquí algunos consejos para reducir el gasto de energía de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Gran parte de lo que paga en su factura es un término fijo, que abona en función de la potencia contratada. Es decir, cada kilovatio de potencia son casi 50 euros al año. Si quiere reducir su factura de la luz, compruebe primero que su contrato es el que necesita de verdad. Si el ICP (interruptor de control de potencia), que ya está incorporado en los nuevos contadores y que evita que consuma más energía de la acordada, no funciona nunca, es probable que pueda contratar menos potencia y ahorrarse así unos euros en la factura.
No solo es algo sin sentido estar en pleno invierno en camiseta, o duchándote con agua fría. Es un derroche de dinero que puede conllevar problemas de salud y un menor confort. Lo que sí podemos ajustar son los termostatos de la calefacción y el aire acondicionado. Si la vivienda se mantiene a 21ºC en lugar de a 24ºC en invierno, el consumo de energía se reducirá un 20%. También ahorrará dinero si mantiene el aire acondicionado por debajo de 23 o 24ºC en verano. Invierta el ahorro en aislamiento: se amortizará rápidamente.
¿Qué es mejor para usted: PVPC o mercado libre, tarifa fija o indexada con cambios de precio cada día, gas y electricidad en la misma tarifa o por separado? Hacer la elección correcta supone un ahorro decisivo, pero la confusión del mercado, la opacidad y la confusa información de que disponen los consumidores hacen que muchos no tengamos del todo claro cuánto pagamos, a quién y por qué exactamente.
Por ello, desde la OCU aconsejan comparar las tarifas de gas y luz con el fin de elegir la tarifa que más se ajuste a nuestro consumo. Si elige la compañía y la tarifa adecuadas, puede ahorrar 230 euros al año en el suministro de electricidad y 180 euros al año en el de gas.
Si puede optar a un bono social, no lo dude, ya que supone un ahorro de unos 150 euros al año. Muchas personas que se verían muy beneficiadas de esta ayuda no lo hacen por desconocimiento. Sólo puede solicitar el bono social si tiene un lugar de residencia habitual.
Pueden solicitarlo las familias numerosas y los hogares con bajos ingresos. Los límites económicos también dependen del número de hijos menores que vivan en el hogar, y existen situaciones específicas que pueden ampliarlos (personas dependientes, familias monoparentales...). También se aplican condiciones especiales a los pensionistas que perciben una pensión mínima.
Si queremos solicitar un bono, debemos acudir a una comercializadora de referencia de confianza y presentar los documentos solicitados. Si tiene derecho a un bono social, le convertirán en cliente si aún no lo es, y se activará la tarifa PVPC regulada a la que se aplica el bono social.