En la curva de precios del kilovatio cada vez es más frecuente encontrarse con una especie de mordisco. El bocado viene del cielo; lo genera la entrada del sol. La energía solar se suma al viento y juntas hunden el coste de la luz a niveles de muy pocos euros o incluso cero. Las horas de este fenómeno se sitúan entre las 12.00 y las 18.00 horas. Coincide, además, con el momento de mayor demanda de electricidad en el sistema.
En lo que va de año hemos visto este efecto mordisco más de treinta días en los precios. La última vez que se vio fue el pasado domingo 2 de julio. A las ocho de la mañana el coste del MWh era de 70 euros. Dos horas más tarde había caído hasta cero. Y ahí se mantuvo hasta la noche. A las 21.00, el coste de la luz escaló hasta los 107 euros MWh.
Estas curvas de precios diarios por cada hora se aplican directamente a los consumidores con tarifa regulada. Las barras en el siguiente gráfico son los precios y la curva representa la demanda de electricidad de cada momento. Los expertos hablan también de los "dientes de la solar" cuando se encuentran con estas gráficas.
El primer semestre ha sido especialmente positivo para la generación renovable: la energía fotovoltaica ha superado durante casi 90 días la generación suministrada por las centrales de gas. El sistema va sumando nuevas instalaciones.
El fenómeno del mordisco solar se puede observar también en el mapa de colores que determina qué tecnología marca el precio de la luz en cada momento. Si es renovable (el color rojo del siguiente gráfico), el precio bajo está prácticamente garantizado. En el mes de mayo tuvimos varios días consecutivos de precios muy baratos en las horas centrales del día.
"Esto no es algo que no estuviera previsto sino que se esperaba", apunta Pedro Fresco, director general de AVAESEN, la asociación de empresas de energías renovables y otras tecnologías limpias de la Comunitat Valenciana. "Todavía estamos en 2023 y el fenómeno está pasando sobre todo en primavera porque coincide la mayor generación eólica con la potencia del sol en las horas centrales del día".
Ahora en verano es más complicado ver este efecto porque cae el viento a mediodía y la demanda de electricidad se dispara por el calor. "Con el despliegue que hay planteado para la fotovoltaica en los próximos años este efecto va a ser mucho más habitual", apunta un experto. En dos o tres años se podrá observar el hundimiento de los precios en las horas centrales del día incluso en los meses de verano, sostiene Fresco.
El bocado de la solar pues no es una anomalía, sino más bien una tendencia. De aquí al año 2030 el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) contempla multiplicar por más de tres la capacidad fotovoltaica instalada.
Ahora tenemos alrededor de 21.500 megavatios más otros 7.000 de autoconsumo. La fuente de generación solar ha sido de lejos la que más ha crecido y la que más va a crecer. Llegará a superar a la eólica. En siete años se esperan 76.000 megavatios instalados, de los que 19.000 serán de autoconsumo. "Creo que es un objetivo factible si conseguimos instalar entre 7.000 y 8.000 megavatios al año", opina Fresco.
Toda esta potencia se sumará a las horas centrales del día pero, al mismo tiempo, también habrá mayor demanda eléctrica que ahora. Los proyectos ligados a generar hidrógeno verde necesitarán consumir kilovatios en sus procesos. España es el segundo país del mundo, por detrás de Estados Unidos, con más inversión de desarrollo de hidrógeno renovable. Muchos de estos proyectos están ligados a nuevas plantas solares. Otros tirarán directamente de la red para obtener la energía necesaria con la que romper la molécula del agua (H2O) y atrapar el hidrógeno (H2).
Los expertos vaticinan que todos los procesos que puedan elegir en qué momento del día quieren consumir electricidad escogerán esa franja horaria central del día. Por eso la demanda en esas horas se incrementará.
Es posible que en unos años, lo que hoy vemos como un mordisco habitual en la primavera sobre todo, se convierta en una especie de valle de la solar. Y esta previsión es la que convierte a nuestro país en un lugar muy atractivo para cualquier industria intensiva en energía.
"Hay una tendencia de empresas que se ubican en España para acceder a esa energía barata, bien con inversiones o con la perspectiva de condiciones de precios muy favorables", argumenta el director general de AVAESEN. "Se van a ahorrar muchos millones al año por tener una planta aquí respecto a tenerla en Alemania o Francia".
El camino no está exento de riesgos.