En España cuatro de cada diez trabajadores (40,4%) estarían dispuestos a renunciar a parte de su salario a cambio de poder conciliar más. Sobre todo entre los hombres, quienes muestran una mayor predisposición a hacerlo. La mitad de los jóvenes (48%) lo haría, pero solo un 13,6% de las personas mayores de 65 lo aceptaría, lo que muestra que conforme se envejece hay menos predisposición a realizarlo. Una decisión que podría ocurrir con la jornada laboral de cuatro días que todavía sigue sin convencer a los empresarios, donde el 73,51% de las compañías y el 61,46 % de los autónomos considera inviable la implementación de la semana laboral reducida.
El 41,5% de los hombres estaría dispuesto a renunciar a cambio de tener más medidas que le permitan conciliar. En el caso de las mujeres, se reduce al 39,3%. Entre las personas que teletrabajan, un 49,2% renunciaría a parte de sus ingresos. Estos son los principales datos revelados en el ‘VI Estudio de Salud y Vida’ de la aseguradora Aegon.
En el estudio se menciona la relación directa existente entre la satisfacción laboral y el hecho de haber sufrido estrés recientemente. Las personas que no se han sentido estresadas están más satisfechas con su puesto de trabajo en un 72,3% de los casos. Por perfiles, las personas con hijos y los que piensan que su situación económica ha mejorado, son los que dicen estar más satisfechos con su empleo; mientras que por grupos de edad, los más insatisfecho son las personas que se encuentran en un rango de edad de 41 a 55 años.
Si nos fijamos en el grado de satisfacción, solo un 24,2% piensa en un cambio de trabajo. La principal causa para hacerlo: el salario en el 41,8% de las ocasiones. Después estaría la flexibilidad horaria o el teletrabajo (18,4%) y el plan de carrera (10,8%).
El teletrabajo no mejora la sensación de satisfacción con el trabajo, aunque solo un tercio de los encuestados se cambiaría a una empresa que no le dejase hacerlo. Un 45,5% de las personas entre los 18 y los 25 años sí aceptarían trabajar en una empresa donde solo se trabajase de forma presencial. Se trata de un porcentaje que va disminuyendo a medida que se envejece. Tan solo un 16,7% de los mayores de 65 años se plantearían cambiarse a un puesto sin teletrabajo.