La subida de los carburantes acaba repercutiendo en toda la economía, y estamos asistiendo a una nueva escalada de los precios tanto de la gasolina, como del gasóleo.
En el mercado de los carburantes llueve sobre mojado. La demanda sube porque los países se aprovisionan para el invierno, los productores sacan menos petróleo en el mercado y Vladímir Putin ha decidido no exportar carburantes.
El petróleo se ha encarecido un 25% desde julio y los carburantes encadenan once semana consecutivas de subidas. En tres meses ha subido un 16% el gasoil y un 10% la gasolina. Llenar un depósito medio de gasolina es trece euros más caro que hace un año, cuando los carburantes estaban bonificados por el Gobierno.
La bonificación del Gobierno a los profesionales sigue vigente, pero la decisión de Putin ha encarecido ya el gasóleo un 5% en Europa. Ahora peligra el control de la inflación, aunque lo bueno es que se prevé una bajada antes de primavera.