Llega el verano y con ello las altas temperaturas y las habituales dudas sobre el calzado a la hora de conducir. Muchas personas optan por usar chanclas o sandalias cuando se ponen al volante y la realidad es que este acto puede acarrear una multa. El tipo de calzado que se usa en la conducción es fundamental para prevenir un accidente.
¿Está expresamente prohibido conducir con chanclas? La respuesta es no, pero un agente podría multar con 80 euros al aplicar el artículo 18 del Reglamento General de Circulación. Este explica que podría ser sancionado "conducir un vehículo sin mantener la libertad de movimientos que garantice la propia seguridad, la del resto de ocupantes y la de los demás usuarios de la vía".
Del tipo de calzado depende el tiempo que se tarda en pisar el freno y la distancia que se recorre para evitar el choque con un obstáculo. En este caso, las chanclas no se sujetan bien al pie y además corren el riesgo de quedarse enganchadas a algún pedal provocando un accidente. El agente podría determinar que se trata de una conducta peligrosa si considera que las chanclas que llevas puestas pueden entorpecer el uso de los pedales, o de reducir la capacidad de reacción.
La cuantía de esta multa alcanza los 80 euros y la razón descrita en el Reglamento General de Circulación sería por "conducir un vehículo sin mantener la propia libertad de movimientos" (así se indica en el artículo 18.1). De esta forma, el agente consideraría que las chanclas te impiden controlar bien los pedales. Así mismo, en el artículo 17.1 establece que "los conductores deberán estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos". Si conduciendo con chanclas, un agente te para y cree que puedes incumplir esta norma, puede sancionarte con 80 euros.
Sin embargo, la infracción puede ser más grave, ya que podrían llegar a sancionarte con 200 euros por "conducir sin la diligencia, precaución y no distracción necesarios para evitar todo daño propio o ajeno", según indica el artículo 3.1 del Reglamento de Circulación. Es decir, que prohíbe conducir de modo negligente o temerario.
El tipo de calzado que utilices para conducir es una de las claves principales para una conducción segura, ya que de él depende el tiempo que tardes en pisar el freno y la distancia que recorras para evitar la colisión con el obstáculo, persona o animal que se haya cruzado en tu camino.
Las chanclas no son un calzado que sujete bien el pie, por lo que pueden desprenderse en cualquier momento y, peor aún, quedarse enganchadas con algún pedal pudiendo provocar un accidente. Sin duda, un calzado que no sujeta bien el pie impide ejercer la presión correcta sobre el pedal del freno, el embrague o del acelerador, resta agilidad y aumenta el tiempo de reacción ante un imprevisto.
Todas estas dificultades generadas por conducir con sandalias, chanclas o incluso descalzo, a su vez, provocan un aumento de las distracciones al volante y una situación de estrés, motivada por una conducción incómoda. El resultado es una reducción de la concentración del conductor y un evidente aumento del riesgo de accidente.
Como conductor debes ir vestido adecuadamente (evita ir sin camiseta) y llevar un calzado que te permita el máximo control del vehículo. Un buen zapato para conducir debe de reunir las siguientes características:
Chanclas, sandalias, zapatos de tacón, zapatos de trabajo con protecciones… ninguno está entre los recomendados para conducir con seguridad. Si te gusta utilizar este tipo de calzado, cámbialos cuando vayas a conducir, da igual que el trayecto sea largo o corto. Sólo necesitas llevar en el maletero un calzado apropiado para conducir y tu seguridad, la del resto de ocupantes y demás usuarios de la vía, se incrementará de forma notable.