La sandía, una de las frutas de esta temporada llega a los supermercados con el precio por las nubes triplicando el del año pasado. Esto la convierte en objeto de deseo de los ladrones. Los agricultores de El Ejido, Almería, han tenido que blindar sus cultivos. Contratan servicios de vigilancia o incluso se quedan a dormir junto a su producción para evitar los robos. Las sandías costaban entre 50 céntimos y un euro por cada kilo. Ahora se sitúa entre dos y tres euros. Es decir, hace dos años se podía comprar tres veces más la misma cantidad con ese dinero.
“En Mercadona puede comprarse la sandía baja en semillas, una de las más populares, a 1,45 euros el kilo. Esto hace que una pieza roce los 10 euros. En otros supermercados, como Carrefour, la sandía rayada tradicional está a 1,19 euros y en el Día encabeza el ranking con 1,69 euros”. En este contexto los robos se han vuelto cada vez más frecuentes y pueden llevar a la ruina a los agricultores que ya han visto cómo el tiempo ha provocado la escasez de esta fruta.
La sequía y la baja producción disparan los precios. Los ladrones han visto una ventana de oportunidad para robar y vender el producto más bajo. Y no se cortan. Roban todo lo que encuentran a su paso ya sean herramientas, gasoil, abono o insecticida. Las consecuencias para los agricultores pueden ser catastróficas. Les pueden fastidiar la cosecha de todo un año.
Algunos protegen sus plantaciones como buenamente pueden siendo ellos mismos vigilantes y cogiendo unos prismáticos. Otros recurren a cámaras de seguridad y alarmas que alertan a los agricultores de la llegada de intrusos. A veces la inversión es algo elevada, pero si te ahorras el robo es barato.