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Las elecciones generales del 23J han desempolvado uno de los miedos de los conductores españoles: la implantación de un peaje por el uso de las carreteras nacionales. El Partido Popular afirma que España se ha comprometido con la UE para poner en marcha este sistema en 2024. Pero desde el Ministerio de Transportes se niega esta fecha asegurando que 2024 es solo el principio de un plazo que aún hay que concretar. En mitad de esta polémica, los conductores se preguntan qué carreteras serán de peaje, a qué vehículos afectará y cuánto costará viajar cuando se implante.
El PP, a través de su vicesecretario de Economía, Juan Bravo, ha insistido en este compromiso para la liberación de 70.000 millones de euros en concepto de subvenciones a España por parte de la UE. Las principales empresas dedicadas a las obras de infraestructuras son las grandes defensoras de los peajes y confían en que el nuevo Gobierno surgido de las urnas el 23J lo aplique cuanto antes.
El ministerio de Transportes se resiste a esta medida asegurando que "el Gobierno no se plantea aplicar a corto o medio plazo un sistema de cobro de peajes. Lo que se recoge desde hace tiempo es plantear un sistema justo de financiación de las carreteras y especialmente de las vías de alta capacidad, y se tendrá que estudiar la mejor alternativa para aplicarlo".
Pero la realidad parece ir por otro camino, Transportes a través de la empresa pública Ineco ha encargado un estudio para abordar este cambio en la forma de desplazamiento de los españoles. Se pretende conocer qué método es el mejor para el cobro de los peajes, qué precio ha de tener cada kilómetro, los vehículos afectados, los eximidos así como las carreteras y autovías a las que aplicará.
Todo parece apuntar que, si finalmente entra en vigor esta política de peajes, ya sea en 2024 o en años posteriores, se adoptará un sistema que podría ser similar al empleado en Portugal desde 2010 que en el argot especializado se conoce como ''free flow', mediante la instalación de pórticos en las carreteras que leen las matriculas y facturan directamente contra la tarjeta o cuenta asociada a cada matrícula. O también el uso de viñetas para identificar de forma singular a cada vehículo.
Las empresas de infraestructuras creen que sería mejor la instalación de pórticos en las carreteras porque podrían ser las concesionarias de su puesta en servicio, aunque para ello se requeriría un plazo de dos a tres años para abarcar toda la red pública de carreteras.
La posibilidad de que en España se implante un sistema de peaje por el uso de las carreteras ha despertado la preocupación de los ciudadanos. Pero todo parece indicar que la medida incluirá excepciones según el tipo de desplazamientos o de vehículos. También hay dudas sobre el importe de cada kilómetros y cuánto costará un viaje entre las principales ciudades españolas. Vayamos por parte.
Los estudios encargados por el Gobierno apuntan a un coste por kilómetros de entre tres y nueve céntimos, una cifra que las empresas del sector sitúan entre tres y seis céntimos de euro por kilómetro recorrido. El que se elija una tarifa u otra dependerá en muchos casos del tipo de vehículo o de las características del desplazamiento. En cualquier caso, eso significa que viajar entre Madrid y Barcelona separadas por 620 km podría suponer para el bolsillo de los conductores entre 6,2 y 55,8 euros.
Aunque por el momento no hay nada decidido públicamente, la DGT ha previsto tres grandes excepciones al cobro de peajes en las carreteras españolas. La primera sería para todos aquellos desplazamientos para ir al trabajo. También estarían exentos los estudiantes que se desplacen hasta sus centros de estudio y, finalmente, los viajes por motivos médicos para asistir a consultas sanitarias, informa el medio especializado AutoBild .
Y qué carreteras se verían afectado por los peajes. En principio, la voluntad del Gobierno es que, en el momento que entre en vigor está se haga de forma progresiva, de forma que empiece a aplicarse en la red nacional de autovías y en aquellas autopistas que ahora son gratis, para evitar en este caso una doble imposición.
En el fututo se estudiaría si los peajes también se aplican a la red secundaria de carreteras.