El pago con tarjeta gana terreno al dinero en metálico. Eso puede ser bueno o provocarnos algún disgusto y no solo que el cajero se quede con nuestra tarjeta algo más común de lo que parece. Estamos en un mundo en el que cada vez es habitual que el pago con tarjeta se realice de manera 'contactless', es decir, sin necesidad de introducir el pin. Simplemente basta con acercar la tarjeta al datáfono o terminal de venta para que la operación se lleve a cabo correctamente, siempre y cuando el pago sea inferior a 50 euros. Para cantidades superiores sí es necesario introducir el pin de la tarjeta, como asegura el Banco de España, que advierte sobre las consecuencias de la inactividad de ciertas cuentas bancarias.
El Banco de España aconseja al consumidor que verifique la cantidad que marca el datáfono antes de acercar su tarjeta al dispositivo. De lo contrario, podría ser víctima de un fallo o un timo premeditado al pagar una cifra económica mayor a la correspondida. Mientras que esta no supere los 50 euros, no será necesario que el cliente introduzca el pin ni, además, cerciorarse de la cantidad que indica la pantalla.
Para llevar un control más exhaustivo de los movimientos, el Banco de España recomienda pedir copia del pago realizado. También recomienda revisar los cargos de la tarjeta en la cuenta de forma periódica y preguntar al banco sobre la posibilidad de que envíen una notificación vía SMS cada vez que se realice algún cargo en la tarjeta
El Banco de España tramitó 35.800 reclamaciones a lo largo de 2022 por parte de usuarios de servicios financieros, lo que representa un incremento del 4,3% respecto al año anterior. Esta cifra se encuentra cerca de los máximos niveles históricos registrados, en 2017. Según se desprende del Informe Institucional 2022, durante el año pasado se atendieron 50.566 consultas, un 3,2% más. De esta cifra, se registraron 42.500 consultas por vía telefónica (+0,7%), mientras que las consultas por escrito alcanzaron las 8.066 (+19,5%).
Las tarjetas, precisamente, concentraron el 37,7% del total de reclamaciones, seguidas de la cuentas y depósitos (21,7%), las hipotecas (17,8%), las transferencias (6,4%), las herencias (3,7%) y los préstamos personales (3,3%). Dentro de la categoría de tarjetas (ya fueran crédito, débito, prepago o revolving), destacaron aquellas reclamaciones que trajeron causa de operaciones presuntamente fraudulentas o en las que se reclamó por falta de entrega de documentación al cliente, como la copia del contrato suscrito y el histórico de liquidaciones practicadas, circunstancia especialmente significativa en el caso de las tarjetas revolving
Respecto a las cuentas corrientes y depósitos, el supervisor ha indicado que fueron "numerosas" las reclamaciones en las que los usuarios de servicios financieros mostraban su discrepancia con el cargo de comisiones en cuenta, tanto en cuentas corrientes y de ahorro como en cuentas vinculadas a préstamos hipotecarios. En lo referente a las reclamaciones sobre préstamos hipotecarios, estas fueron esencialmente motivadas por el pago de gastos de formalización y la contratación de productos vinculados.
Asimismo, Banco de España ha indicado que se aprecia un "elevado volumen" de reclamaciones relativas a fraude en operaciones financieras, tanto con tarjeta como transferencias, debido al creciente uso de canales digitales. Por ello, el organismo ha especificado que "en aquellos en los que debe dirimirse la diligencia del cliente en la custodia de las medidas de seguridad asociadas al uso de sus canales digitales, el Banco de España puede no ser competente, al corresponder tal valoración a los tribunales de justicia".