Los españoles ya no tienen que viajar a Estados Unidos para encontrarse con que la cuenta de un bar o un restaurante recoge un porcentaje de propina que se sugiere al cliente, pues hay algunos establecimientos de Madrid y Barcelona que piden por ese concepto entre un 5 y un 10% del importe total de la comida. De hecho, la Comunidad de Madrid, a finales del año pasado, lanzó una campaña para animar a dejar propina en negocios hosteleros.
En el gigante norteamericano, el sueldo de los camareros depende en buena medida de las propinas que dejan los comensales. Dicha práctica, inusual hasta ahora en la restauración española y de otros países, se ha detectado, al menos, en locales de ambas ciudades en los últimos meses. En el caso de la capital catalana, desde agosto del año pasado.
"Damos una opción que es el pago íntegro de la cuenta, sin la propina, otra que es con un 5% y otra con un 10%", afirma David Loncán, del restaurante LaBarra. Y con el tique, tres tipos de emoticonos: cara triste si no dejan propina, sonriente si se opta por el 5% y muy sonriente en caso de ser más esplendido. No obstante, Loncán remarca que "es siempre opcional y nunca obligatorio".
En cuanto a su legalidad o no, Enrique García, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), asegura que, en nuestro país, "la propina es voluntaria ya que en el precio de los platos o de los servicios va incluida la mano de obra".
La polémica viene por si esto se hace para compensar el sueldo de los camareros. Una decisión que provoca un rechazo generalizado al asociarse el dar una propina al buen servicio recibido. Aunque la mayoría se muestran contrarios, sobre todo si fuese obligatoria, algunos ciudadanos lo ven con buenos ojos: "Una cosa encubierta para ayudarles un poquillo".
Por otra parte, el secretario general de Facua-Consumidores en Acción, Rubén Sánchez, considera que se trata de una técnica para "crear un sentimiento de culpa" en el cliente que decida no dejar nada.
Sánchez reitera que "no es un acto ilegal porque no lo imponen" pero cree que pedir ese dinero es "intentar aprovecharse" del consumidor para que, "de alguna manera, se convierta en el que paga el plus de un salario demasiado reducido". A su juicio, la propina "no puede ser el sustituto de un salario decente".
Desde Hostelería de España indican que es una opción "sugerida" que además "están empezando a hacer algunas 'apps' asociadas al datáfono". Y reiteran que "para nada, es obligatorio" dejar propina: "Sigue siendo algo voluntario porque en España no forma parte del sueldo sino que es una costumbre adquirida en la que el cliente muestra su satisfacción".
La realidad es que, poco a poco, dicha práctica irá calando en el sector de la hostelería.