Se abre el telón y aparece una economía: 'Hola, me llamo España y voy a crecer una media del 1,3% de aquí a 2050". El guion de esta obra lo firma la autoridad fiscal independiente, la AIReF. En otro escenario se interpreta la misma función, pero esta vez el autor es el Gobierno. "Soy España y mi PIB va a crecer un 1,6% de media en los próximos años".
Tras esa diferencia de tan solo tres décimas reside un debate de fondo muy relevante: ¿Hay motivos para pensar que la economía está mutando y que va a crecer más en el futuro? El Ejecutivo cree que sí y parte de la clave está en los cambios legislativos que se han aprobado en los últimos años.
"Las reformas estructurales están generando ya cambios estructurales y esto es lo que estamos calibrando", explican fuentes en el Ministerio de Economía. Este calibrado es nuevo porque los cambios también lo son. La AIReF no lo ha tenido en cuenta cuando ha proyectado cómo estará la economía española dentro de unos años. "Tanto el Plan de Recuperación como las reformas estructurales van a tener un impacto en el crecimiento potencial", aseguran en el ministerio.
Hasta ahora el debate se había centrado más en la velocidad de aterrizaje de los fondos europeos y en si se estaba acertando con las inversiones. Pero en el último Plan de Recuperación con modificaciones que mandó España a Bruselas se hablaba de "tres canales" de impacto. En orden de aparición: "expectativas, inversión y reformas estructurales". Muy resumidamente:
Un momento... ¿una reforma estructural puede sumar? Seguramente son muchos los que asocian este término a algo negativo. "Creo que esto es algo que arrastramos de la crisis financiera. Entonces eran los propios 'hombres de negro' los que decían al país lo que tenía que hacer y eso ha tenido un impacto muy fuerte en la percepción negativa de lo que son las reformas estructurales", opina Judith Arnal, investigadora senior Del Real Instituto Elcano. "Sin embargo, con el Plan de Recuperación, la mecánica ha cambiado y ahora es el Estado miembro el que propone las reformas y la Comisión la que evalúa. Esto puede ayudar a que cambie la perspectiva".
El Ejecutivo es el único que ha empezado a ponerle cifras a ese efecto estructural de las reformas, pero en lo que sí coinciden todos los expertos consultados es en que se detectan movimientos tectónicos en algunos cimientos de la economía. "Hay evidencia de mejoras cualitativas, además de cuantitativas", reconocían fuentes de la AIReF esta semana. "Las relaciones estructurales entre variables que estamos viendo no son tan permanentes como pensábamos. Por ejemplo, ha cambiado la relación entre consumo energético y PIB. Ahora somos menos intensivos en el uso de energía".
En los últimos años se han aprobado muchas nuevas leyes, pero en el Ministerio de Economía, cuando hablan del impacto de las reformas estructurales, tienen en la cabeza, básicamente, dos: la reforma laboral y la nueva ley de Formación Profesional.
Un reciente informe del Banco de España (BdE) apuntaba a que la mayor estabilidad en el empleo --hay un 15% más de indefinidos que antes del covid-- se traduce en mayor consumo. Eso en números significa más crecimiento del PIB.
"El mercado laboral es un área en la que estamos viendo grandes cambios", reconocían fuentes de la AIReF durante una jornada organizada por la APIE (Asociación de Periodistas de Información Económica) el miércoles. Está cambiando tanto todo que la propia forma de medir el paro ha quedado algo desfasada.
"Cada vez es menos representativa de lo que queremos medir", argumentaban en la AIReF. No tiene en cuenta la gente que se ha desconectado del mercado laboral por el desánimo. Hay un 18% de trabajadores que podrían estar infrautilizados. Es una variable a analizar.
Es pronto para tener clara la foto, opinan todos los expertos. Ha pasado poco tiempo de la reforma, pero casi de manera sistemática el mercado laboral sorprende cada mes al presentar sus cifras de nuevos afiliados. "Y seguir mejorando en un momento ya maduro del empleo tiene más mérito todavía", apunta un analista. Esto es nuevo para la economía española.
Respecto a los cambios en la FP, la clave está en ver si la enésima reforma funciona. "Tanto la inversión para la creación de nuevas plazas como la propia Ley van encaminadas a fomentar esta vía formativa, injustamente denostada en nuestro país, pero que muchas veces es más efectiva en el acceso al mercado laboral que la propia universidad. Habrá que hacer un seguimiento muy estrecho para evaluar si se cumplen estos objetivos”, argumenta Arnal.
También se detectan movimientos de calado en el lado de los ingresos que pueden generar toda una serie de derivadas. La economía es como un cubo de rubik: cuando se altera algo, los efectos repercuten en otros planos. Ya casi todo el mundo está de acuerdo en que una parte del aumento de la recaudación de Hacienda tiene que ver con el afloramiento de economía sumergida.
Esto se explica porque durante la pandemia, para poder acceder a las ayudas, los ERTEs o el IMV había que estar dentro del sistema. Según cálculos del Gobierno, este afloramiento ha supuesto un incremento de dos décimas del PIB en cotizaciones sociales. Hablamos de 2.600 millones adicionales de ingresos al año, aunque el Banco de España alertaba del riesgo de considerar como permanente parte de la mejora de la recaudación.
El plan de recuperación y sus reformas asociadas también impactarán en este apartado de los ingresos. El Gobierno ha calculado que se conseguirá reducir el paro estructural en medio millón de trabajadores. Más trabajadores cotizando y menos gasto en desempleo mejorará el déficit estructural de las cuentas públicas en medio punto, según Hacienda.
La valoración sobre la reforma de las pensiones que presentó hace una semana la AIReF ha sido, en parte, la que ha suscitado este debate sobre escenarios y cambios estructurales. La autoridad fiscal independiente vino a decir que los cambios aprobados no ayudaban a mejorar la sostenibilidad del sistema de pensiones.
Lejos de tomárselo como una gran crítica, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, contestaba que el informe de la AIReF planteaba varios escenarios, algunos de los cuales "iban a quedar desfasados" por las inversiones y las reformas estructurales. Es decir, que había que pensar en una economía mucho más tuneada y actualizada para valorar la evolución del gasto en pensiones y otras variables que pueden incidir en la economía.
Los modelos que simulan el comportamiento del PIB se van a ir adaptando a los cambios --grandes o pequeños está por ver--. La propia marcha de la economía irá orientando la calibración en los próximos años. Hasta que no se genere un consenso seguramente no se bajará el telón. Mientras tanto, seguramente, asistiremos a diferentes versiones de la misma obra.