Las vacas y la inflación: por qué el precio de la leche no bajará en los próximos meses
España tiene hoy 44.000 vacas lecheras menos que hace siete años
La caída de la oferta de leche cruda en 2022 ha provocado en parte el repunte de los precios de este producto, según el Banco de España
Cada alimento tiene factores que condicionan la evolución de su precio y que, en algunos casos, no se espera que remitan en 2023
Leche, vacas y el Banco de España juntos en la misma sala. Puede sonar raro, pero este miércoles en la presentación de su informe trimestral, el supervisor conjugaba los datos del PIB, inflación y déficit con información detallada sobre el ganado lechero en nuestro país y el "desvieje". La leche había sido elegida para ilustrar el complicado año que nos espera con los precios de los alimentos. Las dinámicas han sorprendido al BdE, que se ha visto forzado a elevar del 7,8% al 12,2% su previsión de inflación para los alimentos este año.
El Gobierno confirmaba el nuevo pronóstico. "No es divergente de nuestro análisis", respondía el titular de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas cuando le preguntaban por las cifras. Las medidas que se aplican en este momento sobre la cesta de la compra "van a continuar", avanzaba el ministro.
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Es difícil encontrar una explicación que encaje perfectamente para sostener por qué van a seguir subiendo los productos que consumimos a diario en casa. "Hay tanto factores de oferta como de demanda muy específicos para cada alimento", explicaba el BdE. En el caso de las vacas se detectan problemas de oferta. El año pasado la entrega de leche cruda ascendió a los 7,3 millones de toneladas, un 2,2% menos, según los datos del Ministerio de Agricultura.
"Durante gran parte de 2021 y a comienzos de 2022, los productores de leche se enfrentaron a un incremento significativo de sus costes, lo que habría impulsado el 'desvieje' en la UE", argumentaba Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística. El desvieje es cuando el ganadero aparta del rebaño a los animales más viejos.
La tendencia no es nueva y supone que, a cierre de 2022, nuestro país contara con 44.000 vacas lecheras menos que hace siete años. Es un 5% menos. No es un caso único, ya que en Europa en el mismo periodo la ganadería vacuna se ha reducido un 7%.
Menos vacas y menos leche
Desde el verano del año 2020, primero los problemas climatológicos y luego la guerra en Ucrania dispararon un 47% el coste de alimentar a las vacas para conseguir 100 kilos de leche. Muchos ganaderos optaron entonces por sacrificar animales.
"Esto habría conducido a una caída del stock de vacas productoras de leche y de la oferta de leche cruda en 2022 y, en último término, al repunte de su precio", apuntaba Gavilán. Según los datos del IPC, la leche acumula una subida del 33% en el último año. Es el mayor encarecimiento de su historia.
“El año pasado se produjo un punto de inflexión. El número de ganaderos y de vacas lecheras lleva años disminuyendo, pero la producción láctea aumentaba de forma imparable gracias a la introducción de mejoras genéticas. En 2022, por primera vez la cantidad de leche que produce España disminuye, algunos meses hasta un 4% interanual”, señala Gaspar Anabitarte, ganadero y responsable del sector lácteo de la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG). Un descenso que atribuye a las condiciones meteorológicas y a los problemas con la alimentación de los animales.
Aumento del 100% del precio en el campo
La caída de las entregas de leche por la disminución de las cabañas y por estas circunstancias de producción del pasado año supuso un problema para la industria, que "empezó a asustarse al ver que tenía menos leche", y tuvo que afrontar una subida de los precios que paga a sus proveedores.
"Este enero se nos pagaba la leche a 60 céntimos, cuando hace año y medio era apenas a 30. Ese aumento acaba repercutiendo también en el consumidor, porque la ley de cadena alimentaria obliga a trasladar el incremento de los costes a todos los eslabones. Antes no se cubría lo que costaba producir la leche, ahora es muy ajustado pero, al menos, ya no se queda fuera de juego", explica el ganadero.
Estas circunstancias han provocado que los precios en origen se hayan duplicado en el último año. Revertir esta situación pasará por recuperar parte de las vacas que se han perdido en el camino. "Pero eso llevará su tiempo", reconocía el BdE. Por este motivo es previsible que los precios de la leche --y seguramente sus derivados-- se mantengan tensionados durante un tiempo. No se sabe calcular cuánto. "Hasta que tengas suficientes animales para dar leche, no verás un efecto en los precios", apuntaba Gavilán.
Además, los productores apuntan a otro aspecto que mantendrá los precios elevados los próximos meses, a pesar de que la industria ya está empezando a hacer ofertas a la baja: la alimentación de las vacas supone más de la mitad de los costes de un ganadero lácteo y sigue muy cara. "Todavía nos estamos moviendo con la cosecha del año pasado, que tuvo unos precios salvajes. A partir de mayo llegarán los nuevos forrajes y los concentrados en otoño, aunque ya sabemos que habrá problemas con la soja por la sequía", adelanta Anabitarte.
Reducción de la producción: fuerte subida de todos los lácteos
La aceleración de la subida no se nota solo en la leche, también en sus derivados. La mantequilla, por ejemplo, sube ya cerca de un 40%. Hace un año en febrero se encarecía un 6,3%. Lo mismo ocurre con el queso, el yogur y otros productos lácteos.
"Hay factores técnicos y muy específicos en cada uno de los alimentos que condiciona su evolución. Ocurre en España y lo vemos también en otros países europeos", señalaba el BdE. Otros productos no se abaratan por culpa de una mayor demanda. Muchos invernaderos del centro de Europa no se han activado este invierno por el coste de la luz. Esa demanda de verduras se ha trasladado a lugares como España, apuntan desde el sector. Así es difícil que el precio de algunos productos comience a moderarse.
También en la agricultura los fertilizantes jugaron su papel específico. Este insumo se encareció muchísimo tras la invasión de Ucrania. Rusia es uno de los principales productores del mundo de fertilizantes. El Gobierno anunció a finales de enero una subvención a los agricultores para comprar este producto tan esencial. "Aunque se ha estabilizado el nivel de los insumos, la situación sigue siendo complicada", reconocía el ministro de Agricultura. "La traslación de esos precios está siendo más lenta de lo que desearíamos".