La declaración de la renta 2022 está a la vuelta de la esquina. Son miles los contribuyentes que están llamados a ajustar cuentas con Hacienda. Es por ello que cada usuario debe tener claro si está obligado o no a presentar la renta.
La Agencia Tributaria suele publicar un manual de la declaración de la renta con todas las novedades del año en concreto. No obstante, antes de que llegue la publicación se pueden conocer algunas modificaciones.
Una de las novedades que se ha conocido estos meses está relacionada con los rendimientos. Las personas obligadas a hacer la declaración de la renta 2022 son aquellas con ingresos mínimos de 22.000 euros anuales con un solo pagador y de 15.000 con más de uno. Esto supone un cambio con respecto al ejercicio de 2021, momento en el que el límite con dos pagadores estaba en 14.000 euros.
Asimismo, hay que tener en cuenta que no solo se tienen en cuenta los rendimientos de trabajo. Las ganancias obtenidas con el alquiler de una vivienda o las criptomonedas, por ejemplo, pueden ser motivo para que un contribuyente esté obligado a presentar la renta.
Por otra parte, algunas subvenciones tienen la condición de que los beneficiados tendrán que hacer la declaración de la renta. El Ingreso Mínimo Vital (IMV) es uno de ellos. Las personas que perciben esta ayuda deben presentar la renta independientemente de si llegan o no a los rendimientos anuales mínimos. Es la manera que tienen los organismos públicos de controlar que esas personas cumplen las condiciones para percibir esa ayuda.
Los contribuyentes deben tener muy claro si deben o no presentar la declaración de la renta de 2022. Esto se debe a que si no lo hacen cuando estaban obligados a ello tendrá que afrontar una sanción.
“Las personas que tienen que presentar la declaración de la renta y no la tramitan tendrán que pagar una multa, independientemente de si el resultado de la operación es a pagar o a devolver”, asegura Antonio Gallardo, experto de Banqmi.
Si la declaración de la renta que una persona tenía que haber presentado sale a pagar, el contribuyente tendrá que aportar la cantidad debida junto con unos intereses de demora. Cuanto más se tarde en pagar a Hacienda, mayor será el interés aplicado.
Por otro lado, si el resultado de la declaración sale a devolver hay dos opciones: si Hacienda no ha mandado ningún requerimiento para presentarla serían 100 euros, pero si la Agencia Tributaria hace llegar una notificación asciende hasta los 200.
También puede ocurrir que una persona esté obligada a hacer el trámite, pero que no le llegue ninguna notificación de Hacienda. “En ese caso si pasan más de 4 años desde ese ejercicio la deuda prescribe”, explica el experto de Banqmi.
El hecho de una persona no cumpla las condiciones para estar obligado a presentar la declaración de la renta no significa que no pueda hacerla. De hecho, en algunos casos el contribuyente puede salir beneficiado.
“Lo ideal en estos casos es hacer el borrador. Si éste sale a pagar no se presenta, pero si el resultado es a devolver podemos terminar de tramitarlo y llevarnos un dinero extra”, subraya Gallardo.
Además, hacer la declaración de la renta una vez no te obliga a tramitarla al año siguiente. Todo dependerá de los rendimientos anuales que tenga el usuario ese año fiscal y de los requisitos que establezca Hacienda para estar obligado a presentar la declaración de la renta.