Si no hubiera existido el tope al gas desde junio de 2022, los hogares españoles con tarifa regulada de la luz habrían pagado 209 euros más en su factura. Los seis meses de vigencia del mecanismo ibérico han supuesto precios un tercio más baratos, según un análisis de EsadeEcPol. "Para el período comprendido entre el 15 de junio y el 31 de diciembre, la factura media de los hogares con tarifa regulada habría sido un 31,8 % más alta en ausencia del mecanismo", concluye el informe. Y eso a pesar de que el mecanismo no entró se activó durante algunos días del mes de otoño por los bajos precios del gas en ese momento.
El Gobierno había calculado que el ahorro total ascendería a los 2.900 millones de euros. Sin embargo este análisis reduce la cantidad. "Asumiendo diez millones de hogares en tarifa regulada, estaríamos ante un ahorro total de casi 2.100 millones".
El efecto de estos menores precios también se notó en la inflación. Los autores del estudio, Manuel Hidalgo, Natalia Collado, Jorge Galindo y Ramón Mateo, calculan que el IPC medio de 2022 fue 0,3 puntos más bajo por el tope al gas. Sin él, España habría cerrado en el 8,7% en lugar del 8,4%. "Esta medida ha contribuido a que la inflación interanual sea más baja en España que la que habría tenido nuestra economía en ausencia de excepcionalidad, algo que ha sido decisivo para el diferencial positivo español en comparación con sus vecinos", sostiene el estudio.
Los menores precios de la electricidad han beneficiado más a los hogares con menores ingresos, según otro análisis de EsadeEcPol. "El efecto de esta rebaja del precio de la luz es muy considerable, especialmente entre los hogares menos pudientes. Para ellos supone reducir la inflación en 1,59 puntos". Los datos del mercado del mes de enero sitúan la factura eléctrica en su nivel más bajo en 14 años, según Facua. El mes pasado las renovables batieron récords de producción y los precios en nuestro país se situaron en enero un 57% por debajo del de las economías europeas, según la consultora Grupo ASE.
Sin embargo, en el lado negativo del mecanismo, se sitúa el mayor incentivo al consumo de gas para la generación eléctrica, según el análisis de EsadeEcPol. Nuestro país fue después de Francia, el lugar donde más subió el uso de este combustible el año pasado: un 22%.
"No obstante, los datos actualizados podrían inducir a pensar que parte del aumento observado en los meses de verano pudiera verse motivado por un uso testimonial de otras fuentes por razones ajenas al propio mecanismo, como es el caso de la hidroeléctrica, muy condicionada por la sequía", explican. El año pasado fue el peor en energía hidráulica desde 2007.
Las ventas a Francia de electricidad se dispararon en 2022 hasta máximos históricos. "El menor precio de la electricidad española habría facilitado el aumento de exportaciones hacia Francia con el consiguiente riesgo de subvención a favor de los consumidores franceses a costa de los españoles", concluyen los investigadores. "Es bastante probable que sin el mecanismo no hubiéramos observado similares niveles de exportación", sostienen los investigadores.
El estudio no tiene en cuenta el impacto del parón nuclear en Francia. Históricamente este país ha sido el mayor exportador de kilovatios de toda Europa, pero en 2022 se convirtió en importador neto y eso repercutió en el mercado español. Francia tuvo que parar cerca de la mitad de sus reactores por problemas de seguridad y técnicas.
Respecto al futuro, el Gobierno ha solicitado formalmente a la Comisión Europea extender el mecanismo de tope al gas hasta mayo de 2024, pero Bruselas considera que no puede ir más allá del mes de diciembre.