A pesar del repunte que se produjo en el mes de enero, España puede seguir presumiendo de tener los niveles más bajos de inflación de la zona euro. El IPC armonizado, el que se utiliza para comparar las variaciones de los precios entre los diferentes países, se situó el mes pasado en el 5,8%, según los datos provisionales publicados este miércoles por Eurostat.
La cifra es tres décimas más elevada que se registró el pasado mes de diciembre, un aumento de la inflación que se explica principalmente, según el INE, por el encarecimiento de los carburantes tras el fin de la bonificación de los 20 céntimos por litro.
Además, aunque nuestro país sigue por tercer mes consecutivo como el Estado de la eurozona con menor inflación, ya no está solo en ese primer puesto: comparte la posición con Luxemburgo, que en enero ha recortado cuatro décimas su tasa y la iguala al 5,8%.
Con el aumento de la inflación y el descenso que se produjo en la media de la eurozona, que se moderó hasta el 8,5%, el diferencial a favor de España se ha reducido un punto respecto al registrado en diciembre y se sitúa en los 2,7.
La mayor parte de los países de la zona euro mostró una moderación de la inflación el mes pasado, una tendencia a la baja que se mantiene después de que las tasas alcanzaran sus niveles más elevados el pasado de octubre.
España, que ha ido por delante en este proceso inflacionista iniciado en 2021 (fue de los países que antes acusó la subida de los precios y en el que antes empezaron a frenarse por el efecto de las medidas contra la crisis energética), es uno de los cinco miembros de la eurozona que ha visto como el IPC volvía a crecer en enero.
También han registrado aumentos Letonia que, con una inflación interanual superior al 21%, registra la mayor tasa de la eurozona y Estonia, que se sitúa en tercer lugar, con un 18,8%, más de un punto por encima del nivel registrado en diciembre.
Junto a ellos, Austria ha vuelto a registrar un repunte por las fuertes subidas de la energía doméstica y por el aumento de los precios de los combustibles.
El dato de inflación armonizado de Francia ha sido en enero superior al del mes pasado por el fin de las ayudas a los carburantes (el descuento de los 10 céntimos de euro que mantenía el país galo hasta el 31 de diciembre ha sido sustituido por un cheque de 100 euros de ayudas para los consumidores más vulnerables) y por una aceleración de los precios de los alimentos y la energía.
Frente al repunte del ritmo de crecimiento de los precios que se ha producido a principios del año en España y Francia, otra de las grandes economías de la eurozona, Italia, ha logrado reducir su tasa.
Los últimos datos de Eurostat señalan que el IPC armonizado se situó en el 10,9%, lo que le coloca entre los países que mantienen una inflación más elevada, a pesar de que el dato de enero sea casi un punto y medio inferior al de diciembre, cuando se alzó hasta el 12,3%. El descenso se debe a la bajada de los bienes energéticos regulados, de los alimentos frescos y de los servicios recreativos y culturales.
Por su parte, el motor económico de la zona euro, Alemania, no ha ofrecido datos adelantados de la evolución de la inflación durante el mes de enero por un problema técnico y no los publicará hasta la semana que viene.