La inflación de los alimentos comenzó en el campo: los precios en origen subieron un 25% en 2022
Los precios de casi todas las categorías de productos agrícolas se incrementaron el pasado año, según Eurostat
Las fuertes subidas se aprecian también en los bienes y servicios que utiliza el sector agrícola: los fertilizantes se encarecieron un 75% y la energía un 59%
Las subidas registradas en España se sitúan en la media de las que se produjeron en toda la Unión Europea
El precio de los huevos en su lugar de producción creció hasta un 62% el año pasado. Es la subida más importante, pero no es la única: en origen las patatas se encarecieron un 46% y los cereales llegaron a hacerlo un 42%.
Estos incrementos de los precios de la mayoría de los productos agrícolas, que acabaron impactando en el bolsillo de los consumidores, son el resultado de la ‘tormenta perfecta’ que se produjo en el campo y que vino originada por la guerra de Ucrania, la sequía y la subida de los precios energéticos.
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- Por un lado, el conflicto bélico interrumpió la comercialización de cereales y semillas oleaginosas (en particular, de girasoles), de las que Rusia y Ucrania son grandes exportadores mundiales.
- Por otro, la falta de lluvia redujo las cosechas, incluidas las de los productos que se cultivan para dar de comer a los animales.
- Por último, el encarecimiento de la energía como consecuencia de las medidas para limitar la dependencia de Moscú aumentó los costes de producción de los agricultores y ganaderos.
Todo eso provocó subidas muy importantes de los precios de los productos en origen. Además de las ya señaladas, hay que destacar las de la carne de vacuno y el arroz, cuyos precios aumentaron un 29%; la del aceite de oliva, que lo hizo un 28%; o la leche, con un incremento en las granjas del 26%, según los últimos datos publicados por Eurostat.
Estas alzas que han llevado a la inflación de los alimentos a sus niveles más elevados en décadas no son un fenómeno exclusivo de España. Se ha producido de forma generalizada en toda la Unión Europea, aunque se observan diferentes impactos dependiendo de cada producto.
- Aquí, las subidas que se han situado significativamente por encima de la media son las de los huevos, las patatas, el aceite de oliva y la fruta.
- En cambio, el incremento de los precios en origen de la carne de ave o el arroz ha sido bastante más bajo que en Europa.
Más subidas en origen que en las tiendas
En el cómputo general, Eurostat calcula que los precios de los productos agrícolas subieron en España un 25% el año pasado. Esta cifra está por encima de la inflación de los alimentos que recoge el IPC, que cerró el año en el 15,7% o de la estimada para los alimentos sin elaborar que se quedó en el 11%.
Esta diferencia entre el encarecimiento que se registró en el campo y el que llegó a las tiendas se debe a que los márgenes se contrajeron a lo largo de la cadena alimentaria. Los expertos señalan que esa contención se produjo, sobre todo, en muchos comercios minoristas que habrían optado por no trasladar a los precios la totalidad de las subidas que se habían producido en origen.
España, en el punto medio
Esa subida del 25% de los precios de los productos agrícolas registrada en España el año pasado, es prácticamente la misma que Eurostat estima se produjo media en la Unión Europea.
A pesar de que el conjunto de dificultades para la producción afectó a todos los países, se registran importantes diferencias entre ellos. Así, mientras en Hungría los alimentos se encarecieron casi un 49% en origen, la subida de los productos en Malta apenas superó el 10%.
Las subidas, señala la estadística europea, afectaron a casi todas las principales categorías de productos, y fueron las más elevadas de la serie histórica. En el caso de España, el aumento del 25% casi triplicó al de 2021, cuando ya habían arrancado las tensiones inflacionistas.
Entre las grandes economías de la Unión Europea, los mayores incrementos de los precios en el campo se produjeron en Alemania, donde subieron un 31%, más de 20 puntos por encima que un año antes.
Los fertilizantes, un 75% más caros
Uno de los motivos que explican que los precios en origen de los alimentos se dispararan a lo largo de 2022, es el encarecimiento que se produjo de los bienes y los servicios que se utilizan habitualmente en la agricultura. El precio conjunto de estos elementos aumentó un 32% en España (de nuevo, en la media de la UE), según el órgano estadístico europeo.
La subida más pronunciada fue la de los fertilizantes, que se incrementaron un 75% (en el conjunto de la Unión su precio llegó casi a duplicarse). Por detrás, se situaron las subidas del precio de la energía y lubricantes, que creció un 59%, y los de los alimentos para animales, que aumentaron un 32%.
Precisamente, para paliar el aumento de los costes que sufren los agricultores, el Gobierno acaba de anunciar una partida de 300 millones de euros que se destinará a la compra de fertilizantes. Uno de los productos cuyos precios, destacaba el ministro de Agricultura, no da todavía muestras de normalizarse.
Esta ayuda servirá, espera el Gobierno, para cubrir un 15% del importe que los profesionales gastan anualmente en estos productos, lo que contribuirá a contener el precio de los alimentos. "El sentido es doble: por un lado, conseguir mantener la rentabilidad de las explotaciones agrícolas y por otro, también un efecto final sobre el consumidor", señalaba Luis Planas este martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Efecto de la bajada del IVA
La subvención a los fertilizantes es la única medida que se ha puesto sobre la mesa para hacer frente a la gran subida de los alimentos, tras la rebaja del IVA que entró en vigor a principios de este año.
A pesar de que desde Podemos se ha reclamado fijar un tope a los precios de los productos básicos, el Ejecutivo es partidario de esperar a ver el efecto de esta rebaja fiscal, y se muestra confiado de que los precios comiencen a bajar “lo antes posible” si la inflación ha tocado techo, como estima el FMI en su último análisis económico.
De momento, los primeros seguimientos de la eliminación del IVA de una decena de productos de primera necesidad y la rebaja del que se aplica al aceite y las pastas, parecen confirmar que las bajadas están llegando al consumidor.
Así, la cesta de la compra básica es esta semana un 12% más barata que a finales del pasado año y casi un 1,5% inferior a la del 2 de enero, según el informe elaborado por la Asociación de Usuarios Financieros (ASUFIN) en cinco cadenas de grandes superficies.
El análisis constata que todos los productos mantienen precios más bajos que los existentes antes de que la rebaja del IVA entrara en vigor y estima que el descenso aplicado equivale a unos cuatro euros en el recibo total de una selección de productos afectados por la medida.