Prácticamente ninguna empresa ha salido indemne del aumento de los precios energéticos que se produjo a lo largo del pasado año. La inmensa mayoría, hasta el 85,5% del total dicen haber resultado perjudicadas por este fenómeno, según una encuesta elaborada por la Cámara de Comercio para el Observatorio de Competitividad Empresarial.
Frente a estas, apenas un 2,4% asegura no haber sufrido perjuicio alguno por los niveles alcanzados por el gas y la electricidad, entre las casi 2.500 compañías encuestadas. El resto, solo una de cada diez, opina que la subida de los precios en 2022 les perjudicó poco.
Esta gran homogeneidad sobre los efectos del encarecimiento de la energía muestra, no obstante, importantes diferencias si atendemos a los sectores y al tamaño de las empresas.
Y más aún en lo que se refiere a lo que han hecho las compañías para tratar de paliar esas subidas. Las más grandes son las que aseguran haber tenido mayor afectación y las que más medidas han puesto en marcha para tratar de atenuar su impacto.
Las empresas de mayor dimensión, las que cuentan con 250 o más trabajadores, son las que más han acusado los efectos del alza de los precios energéticos. Casi el 90% de ellas consideran que les ha perjudicado. En el otro lado, las de menor tamaño, las que cuentan con menos de 10 empleados, son las que muestran un porcentaje menor de afectadas por las subidas, el 84%.
Además, las grandes son las que señalan un mayor grado de perjuicio por este aspecto. En una escala del 1 al 5, estas lo sitúan por encima del 4, un nivel más elevado que la media de todas las compañías.
Pero las diferencias más importantes entre las empresas de mayor tamaño y las pequeñas aparecen a la hora de implementar medidas para atenuar los efectos de ese aumento de los costes de la energía. Entre las primeras, más de tres cuartas partes (el 78%) pusieron en marcha actuaciones con ese objetivo, mientras que solo lo hicieron la mitad de las pequeñas.
No solo eso, la mayor desigualdad entre unas y otras radica en las medidas que adoptaron para paliar el aumento de los costes:
El aumento de los precios fue también la solución por la que optaron la mayoría de las empresas medianas. Fue la medida principal del 65% de las que tienen entre 50 y 250 trabajadores. Además, el 55% de ellas, asegura haber puesto en marcha planes de autoconsumo energético.
Además, la encuesta señala que una tercera parte de los negocios consultados aseguran haber reorganizado su producción y dos de cada diez dicen haber contenido los salarios para reducir el impacto los costes energéticos.
Las compañías industriales son las que más acusaron el último año la subida de la energía de entre todas las actividades productivas. Nueve de cada diez aseguraron haberse visto afectadas por este aspecto y más del 40% señaló que su actividad había sido muy perjudicada.
Eso podría explicar que este sector sea también en el que mayor porcentaje de empresas hayan puesto en marcha actuaciones para mitigar los efectos negativos de la crisis. Lo hicieron el 65% frente al 57% del total de las consultadas.
De nuevo, en este caso, la medida a la que más se acudió fue a trasladar la subida de los costes a los precios de venta, lo que explicaría en buena medida el incremento registrado de la inflación subyacente en los últimos meses. Además, entre el sector industrial destaca el elevado número de negocios que optaron por invertir en autoconsumo: lo hizo el 50%, frente al 19% de la construcción y el 18% del comercio.
Estas dos actividades son las que aparecen en un puesto intermedio en cuanto al nivel de afectación y hay que destacar que el sector comercial es el único en el que se optó principalmente por reducir los beneficios.
Por lo que respecta al resto de servicios, estos aparecen como los menos perjudicados por el encarecimiento energético. Más de un 20% de ellos señalaron que la escalada de los precios energéticos les había perjudicado poco o nada. En este grupo destaca el alto porcentaje de empresa que apostaron por incrementar la eficiencia energética reorganizando la prestación de servicios. Lo hizo una tercera parte, por encima de los niveles registrados para el total de los encuestados.
En lo que parecen estar de acuerdo la mayor parte de las empresas, independientemente de su tamaño y la actividad a la que se dediquen, es en que los efectos provocados por el aumento de los costes energéticos se harán más intensos si estos incrementos se mantienen en el tiempo.
La mayoría cree que si la situación se prolonga se producirá un aumento adicional de los precios de venta y una mayor caída de los beneficios empresariales; y esta última opción es más elegida cuanto mayor sea la empresa consultada. Además, los negocios de tamaño mediano son los que en mayor porcentaje creen que la crisis de la energía acabará repercutiendo en una reducción de las plantillas.