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Empezó siendo una pequeña empresa familiar en Almería a finales de los años 70 y ahora se plantea salir a bolsa. Cosentino, fabricante de Silestone --material conocido sobre todo por su aplicación en las encimeras de cocina--, ha fichado a Goldman Sachs y JP Morgan para dar este salto, según adelantaba esta semana el diario Expansión. Es un buen ejemplo del cambio de perfil de las empresas exportadoras españolas.
El negocio para los que dependen de vender en el exterior está yendo razonablemente bien, dadas las circunstancias. Las exportaciones de bienes crecen a un ritmo del 23,3% hasta noviembre, por encima de la media de la zona euro y de países como Alemania (13,3%), Francia (15,9%) o Italia (18,0%).
El porcentaje de aumento, y que en muchas comunidades autónomas supone alcanzar cifras históricas de ventas en el exterior, incluye la subida de precios de los productos. En términos de cantidad, las exportaciones crecieron un 4% entre enero y noviembre de 2022 con un encarecimiento del valor unitario de los productos de casi el 19%, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Industria.
"Un 4% de crecimiento en términos reales, después de un año 2021 muy bueno y con este entorno de incertidumbre, es un dato muy bueno", valora Rafael Myro, Catedrático de Economía de la UCM. "Las empresas han conseguido crecer incluso con precios más altos en los mercados internacionales. Es decir, que han ganado mucho dinero exportando y eso les tiene que dar mucha capacidad para reinvertir".
El sector exterior español está mostrando una gran resiliencia, comentan muchos analistas. En parte se debe a la recuperación del turismo, a punto ya de recuperar sus cifras prepandemia. También los servicios que no incluyen el turismo van muy bien. "Somos particularmente buenos en lo que va a ser el nuevo boom de la globalización que son los servicios a empresas", argumenta Myro. "Hablamos de consultoría profesional, contabilidad, publicidad, servicios técnicos como arquitectura, ingeniería, tratamiento de residuos..."
Las cifras muestran esa resiliencia de la que hablan los economistas. Según las cifras de contabilidad nacional, las exportaciones de bienes en el tercer trimestre todavía crecían a un 2,6% en tasa interanual, el doble que en el mismo trimestre de 2019. Sumadas a servicios, el crecimiento interanual roza el 19% --en parte por esa recuperación del turismo--.
"Este es uno de los mejores indicadores de competitividad: la capacidad de recuperarse rápidamente. El año 2021 fue muy bueno y eso muestra que la pandemia no destruyó nada. La resiliencia de las redes y clientes fue muy elevada. Y ahora empresas se están manejando muy bien en un entorno de subida de precios en el que están sosteniendo su nivel competitividad", apunta Myro.
El ministerio de Industria elabora un indicador de competitividad frente al exterior y las cifras han empezado a mejorar a partir del tercer trimestre de 2022. Coincide en el tiempo con la caída de la inflación en nuestro país en comparación con el resto de sus socios europeos. Nunca habíamos tenido un diferencial positivo tan amplio con la media europea. Esto, en teoría, supone una ganancia de competitividad para España, pero los economistas creen que es precipitado sacar conclusiones de periodos tan cortos.
La subida de las exportaciones de mercancías es generalizada, pero destacan sectores como el de la industria química, con incrementos acumulados entre enero y noviembre de 2022 del 61% para los medicamentos o de cerca del 90% para productos energéticos y abonos.
Las ventas de electrodomésticos en el exterior mejoran un 24,3%, el sector textil un 13%, lo mismo que alimentos. Los productos semimanufacturados como papel, hierro o cerámica suben un 22,6%. Maquinaria y motores mejoran un 14,6% sus cifras. El sector del automóvil exporta un 8% más.
De todos estos sectores los tres más importantes y con mayor peso en las exportaciones son: productos químicos, bienes de equipo y alimentación. Entre los tres representan algo más de la mitad de todas las ventas en el exterior.
Hay dos teorías relacionadas con la crisis energética que explicarían también estas buenas cifras en las mercancías:
En estos casos se trataría de una situación temporal que se revertiría en el momento en el que la situación de la energía se estabilice en niveles más normales.