El Gobierno baraja un cheque de 300 euros que podría llegar a 10 millones de hogares

  • El Ejecutivo quiere que la ayuda por la subida de los alimentos llegue a la clase media

  • También se plantean modificaciones al IVA que grava los alimentos, algo que ya propuso el PP

  • Unidas Podemos insiste en la idea de intervenir para reducir los márgenes de las distribuidoras

La medida estrella del nuevo plan anticrisis que prepara el Gobierno para antes de final de año será seguramente un cheque de 300 euros para compensar el encarecimiento de los alimentos. Esta vez se quiere diseñar de tal manera que cubra a la clase media y llegue a cerca de diez millones de hogares, según fuentes del Ejecutivo. Son casi la mitad de todos los que hay.

Los detalles todavía se están definiendo, pero la intención es clara: no se puede limitar a proteger solo a las familias en situación de vulnerabilidad. Habrá que esperar a conocer los detalles para saber qué entiende el Gobierno por rentas medias. Pedro Sánchez reconoció hace unos días que el frente de los alimentos quedaba pendiente de resolver en las medidas del plan para hacer frente a la guerra en Ucrania.

El cheque de 200 euros anunciado en el plan de julio se limitaba a las personas vulnerables: había que estar dado de alta como desempleado, tener rentas inferiores a 14.000 euros anuales en el hogar y además solicitarlo. El problema de muchas ayudas de este estilo es que los colectivos a los que van dirigidas no las conocen y por lo tanto no acceden a ellas. Este cheque de 200 euros ha sido una prueba más de ello: de los 2,7 millones de personas que se calculaba lo podían cobrar, según las cifras de la Agencia Tributaria, lo han solicitado 600.000.

La experiencia dice que cuanto más automáticas sean las ayudas, más efectivas. Por eso una de las claves es este nuevo cheque, además de los requisitos, la forma de solicitarlo. Una posibilidad sería incluirlo en la declaración de la renta.

  • La ventaja es que sería bastante automático y sencillo.
  • La pega: que tardaría unos cuantos meses en llegar y dejaría fuera a los hogares más vulnerables que no tributan en el IRPF. Para estos últimos habría que plantear un sistema alternativo.

La subida del coste de la cesta de la compra genera mucho malestar entre la población porque son los precios con los que más en contacto está el ciudadano y las rentas bajas destinan una mayor proporción de sus ingresos a esta partida, por lo que se ven todavía más afectadas. De media, la inflación de los alimentos --15,3% de incremento, más del doble que la tasa general del IPC-- ha supuesto un gasto extra para las familias de 611 euros entre enero y octubre. Un cheque de 300 euros cubriría solo una parte del aumento del sobrecoste.

Los precios de esta partida crecen a una tasa del 15,3% respecto a hace un año, más del doble que la tasa general del IPC en el 6,8%. La carestía se extiende a todos los alimentos básicos como el aceite, el azúcar, los cereales, la leche, el queso, la mantequilla, la carne y el pescado, los huevos, las hortalizas... Todos crecen muy por encima de la inflación general. Solo el chocolate, los frutos secos y la carne de ovino se sitúan por debajo de ese nivel.

A vueltas con el IVA

Otra de las medidas que se estudia y que ahora no se descarta es modificar la fiscalidad de los alimentos. Ahora mismo la gran mayoría paga el tipo más bajo: un 4%. El Partido Popular solicitó incluir en esta lista otros productos con un IVA del 10% como la pasta, los aceites, la carne, el pescado y las conservas. Sin embargo, el Gobierno la descartó. Tres meses más tarde parece que ya no es tan mala idea.

En este terreno parece que hay división en el propio Ejecutivo.

Para empezar una rebaja generalizada de impuestos es una medida contraria a las que se están pidiendo desde todas las instituciones y organismos. Los planes para hacer frente a la guerra tienen que ser focalizados. Es un mensajes que se repite una y otra vez. Se hizo un poco la vista gorda al principio pero ahora que parece que la guerra en Ucrania va para largo hay que se más selectivo con las ayudas.

Por otro lado hay quienes piensan que una rebaja del IVA solo servirá para aumentar todavía más lo que están ganando las empresas de distribución de alimentos. Es el caso de la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno. "Si me pregunta por un producto específico, como el pescado, le digo que sí. Pero no estoy a favor de una bajada generalizada del IVA. Eso no sirve para solucionar el problema", contestaba este lunes cuando le preguntaban.

Yolanda Díaz no ha dado por perdida su idea de una cesta básica de alimentos a un precio asequible. Desde Unidas Podemos se defiende la idea de que habría que aplicar algún tipo de impuesto extraordinario a las empresas de distribución. "Alguien está ganando en esta crisis y el Gobierno ha demostrado que cuando actúa, rebaja precios como en el caso de la energía. Quedan dos sectores pendientes: la distribución y la vivienda", valoraba Díaz.

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, niega que exista un problema de márgenes en la distribución alimentaria, pero está negociando con el sector. "Estamos en contacto en un diálogo muy constructivo y positivo. Cada uno tiene que asumir su parte de responsabilidad, el Gobierno adoptando las medidas que toma, pero también, evidentemente, la cadena alimentaria y, particularmente, la distribución".