Indignación entre los 200.000 trabajadores del sector hostelero de la Comunidad de Madrid tras el polémico anuncio del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso pidiendo a los ciudadanos que dejen propinas para que sean estas y no los sueldos dignos lo que permita a los trabajadores hacer realidad sus sueños.
Según esta campaña, gracias a estas gratificaciones los camareros podrán cumplir sus sueños o ilusiones, como por ejemplo pagar las clases de inglés o de piano a sus hijos. Unas popinas que han descendido notablemente con el uso de las tarjetas de crédito y por la inflación.
Los trabajadores no creen que sea una una buena idea complementar los salarios con las propinas ya que defiende que los camareros tienen que ganar su sueldo y las propinas son aparte. Consideran que las iniciativas deben ir por otro lado con líneas de ayudas a los empresarios.
Desde el sindicato CC.OO. se ha reclamado que el convenio colectivo del sector de Hostelería y Actividades Turísticas de la Comunidad de Madrid que se comenzará a negociar en enero debe recoger un salario digno, censurando la campaña de llamamiento a dejar propinas del Gobierno regional.
"Las propinas no generan derechos, sino desigualdad e incertidumbre", ha recalcado el sindicato en un comunicado en el que recuerda que "en ningún caso el salario puede depender de un acto voluntario y voluble" por parte del cliente y ha recordado, además, que en la mayoría de los casos estas propinas "se reparten de manera arbitraria e injusta, excluyendo de su participación a categorías que forman parte del servicio".
El sueldo medio de un camarero en Madrid es de mil euros, pero el Gobierno de Díaz Ayuso se ha opuesto hasta ahora a la subida del salario mínimo.