Amazon planea despedir a 10.000 trabajadores siguiendo el ritmo de otras tecnológicas como Meta y Twitter -Elon Musk despidió por mail-, que eran la gran promesa de futuro de las economías mundiales. A pesar de que durante la pandemia, el gigante del comercio electrónico y la antigua Facebook tuvieron importantes beneficios, cuando el confinamiento jugó a su favor, este año, los resultados de estas multinacionales se han desinflado con "datos económicos decepcionantes". Las caídas en Bolsa y el fiasco de proyectos como el metaverso y Alexa podrían explicar qué está pasando.
Amazon tuvo beneficios en 2021 cuando facturó más de 33 millones de dólares, gracias a una plataforma que durante la pandemia de covid se convirtió en casi lo único que podíamos hacer: comprar de todo, ante la imposibilidad de acudir a las tiendas físicas y el miedo al contagio.
Lo mismo ocurrió con Facebook, que en el primer trimestre del pasado año, logró un beneficio neto de 9.497 millones de dólares (7.831 millones de euros), un incremento del 93,7% respecto de su resultado entre enero y marzo de 2020, según informó la red social.
El fin de los confinamientos y las nuevas circunstancias en el día a día del trabajo les ha golpeado de una forma que no esperaban: el teletrabajo solo fue un amago futurístico y la vuelta a las oficinas, cambió la situación de estas grandes tecnológicas.
Y no ha sido la única causa de los despidos de las plantillas de las tecnológicas. La acelerada elección de Mark Zuckerberg por el Metaverso y una importante inversión en el negocio de la realidad virtual no ha tenido una progresión feliz; después de tantas expectativas por el mundo paralelo que prometía el joven millonario, el resultado ha terminado por decepcionar a los usuarios y con ello a los inversores que han corrido a vender las acciones.
El Doctor en Economía, Iñaki Ortega, consultor en Llorente y Cuenca, explica estos despidos en las grandes tecnológicas por el "fiasco de Meta y Alexa". Estas apuestas fallidas han rematado las expectativas sobre lo que se esperaba de ellas, a pesar de años anteriores de beneficios millonarios.
"Las ganancias pasadas no garantizan ganancias futuras", por mucho que nos cueste entenderlo a los simples mortales que vivimos de nuestros salarios. "Las empresas que cotizan en un mercado tienen que ganar dinero para que los accionistas reciban dividendos. Todos los años tienes que crecer para poder dar dividendos."
"Los propietarios de Meta son cientos de miles de fondos de inversión que tienen que recibir dividendos aunque a nosotros nos resulte difícil entenderlo. Ante el temor de que las pérdidas sean mayores, recurren a los ajustes en la plantilla, sueldos y en los gastos en proyectos que no aportan lo que se esperaba", explica.
El desprestigio de Facebook, después de que la exgerente France Haugen, destapara que los algoritmos de la red social favorecían la manipulación de jóvenes y adolescentes; además de hacer muy poco por evitar la difusión de bulos y de los violentos, tampoco ha ayudado a las cuentas de Zuckerberg.
Para el economista Iñaki Ortega, experto en Transformación Digital detrás de la reducción de las plantillas de Meta y Amazon están "sus datos económicos decepcionantes con caídas espectaculares de beneficios". Un desenlace que pedían a gritos los inversores, porque "el mercado no refleja otra cosa que las expectativas de los inversores."
"Si estas empresas han apostado por esto que no ha dado beneficios, los inversores dicen 'no me fio de esto y me voy'." Así han caído el 50% Amazon en Bolsa y "para parar la fuga de inversores lo que hacen es ajustar gastos. Y dicen 'estos proyecto que consumían muchos recursos los cancelo y disminuyo las contrataciones".
En el caso de Amazon, gigante del comercio electrónico, realizó miles de contrataciones durante la pandemia aumentando en más de 27.000 empleados entre 2020 y 2021 y otros 15.344 trabajadores en los primeros nueve meses de este año. Pero el futuro no evolucionó cómo ellos imaginaron.
Ellos pensaron un futuro con millones de teletrabajadores en casa usando sus productos, pero tras la vuelta a la normalidad, la mayoría de las empresas han reclamado a sus empleados a las oficinas y las compras a su ritmo normal.
"En todas las tecnológicas había una burbuja que ahora se está ajustando. No todos vamos a teletrabajar ni a estar en casa y no vamos a usar", señala Ortega. Las herramientas y productos que desarrollaron para ese mundo, que al menos todavía no ha llegado, han pinchado y estos miles de trabajadores en la calle son las consecuencias.