Pagar con tarjeta electrónica se ha convertido en un hábito y las entidades financieras lo saben. Con el paso del tiempo desarrollan nuevos métodos para hacer más fáciles este tipo de operaciones que, sin embargo, continúan generando dudas sobre su seguridad. En España el uso de tarjetas ha experimentado un aumento durante los últimos años.
Ante este contexto, los bancos buscan hacer el pago cada vez más fácil y rápido. A la tradicional firma con bolígrafo se ha impuesto otras formas de pago como el código PIN, la tecnología 'contactless', el FaceID y las huellas digitales.
Mediante este sistema, para los pagos inferiores a 20 euros no será necesario nada más que acercar la tarjeta al datáfono. Si el importe supera esta cantidad, se deberá introducir el código PIN, como venía siendo habitual con las tarjetas de chip.
Por otro lado, el uso del pin se instauró como una medida de mayor seguridad, al no ser obligatorio pedir la identificación en los establecimientos y poder considerar el uso de la firma como fácilmente imitable. Mediante este sistema, se introduce el código de seguridad de cuatro dígitos de la tarjeta.
Para aumentar la seguridad con este sistema, el Banco de España recomienda no utilizar cuatro dígitos fácilmente reconocibles, como la fecha de nacimiento o el DNI. Tampoco se debe llevar el número anotado en la cartera donde se lleve la tarjeta y es recomendable tener cuidado a la hora de teclear los dígitos.
Estas recomendaciones no vienen solo de la mano del Banco de España ya que otros expertos tecnológicos y económicos han advertido de las combinaciones de número para formar el código PIN que más fáciles son a la hora de robar una tarjeta o de suplantarla.
El científico de datos Nick Berry que trabaja para Facebook ha llevado a cabo una serie de investigaciones en las que ha descubierto cuáles son las contraseñas más inseguras para tener en nuestra tarjeta de crédito. Al parecer, el experto se basó en las combinaciones más utilizadas a nivel internacional.
Entre la muestra escogida, el científico de Facebook se dio cuenta de que los dígitos más usados en las contraseñas eran el 1, el 2, el 3 y el 4.
Por otro lado, en los resultados obtenidos y analizados también se pudo comprobar que los dígitos que menos se usaban a la hora de escoger nuestra clave PIN estaban el 6, el 7, el 8 y el 9.
Tras sufrir el robo de una tarjeta, lo primordial es contactar con la entidad emisora para su cancelación. De hecho, el Banco de España recomienda guardar en el teléfono el contacto que facilita la entidad. Posteriormente, se deberá interponer una denuncia.
En principio, desde el momento en el que se comunica a la entidad el robo de la tarjeta, el usuario queda libre de cualquier responsabilidad sobre su uso posterior. Además, si se producen pagos con ella, deberá devolverle el importe.