Por muchas sanciones que Europa haya querido imponer a Rusia por su invasión de Ucrania, por mucho que haya querido buscar otros proveedores de gas y petróleo, las cifras salen muy favorables al régimen de Vladímir Putin. En el primer semestre del año, en plena guerra, Rusia facturó más que nunca a la Unión Europa. Moscú ingresó 120.000 millones de euros de la UE, un 80% más que en el mismo periodo del año pasado.
Es posible que en volumen la UE haya reducido sus importaciones -- de hecho, Rusia ha ido reduciendo el volumen de gas que manda a través de los gasoductos --, pero el valor de estas compras se ha multiplicado. El repunte del precio del gas y del petróleo juegan a favor de los ingresos de Moscú.
El efecto de las sanciones y la guerra solo se notan de momento en las exportaciones: Europa ha reducido sus ventas a este país en un 30% en los seis primeros meses del año. De sus grandes socios comerciales es el único que registra una caída. Las exportaciones a EEUU, han aumentado un 29% en el mismo periodo. A Japón, un 17%. En el caso de China se mantienen prácticamente en el mismo nivel.
Otro país que también ha ganado protagonismo en los últimos meses ha sido Estados Unidos. Europa ha aumentado en un 50% las importaciones desde este país. Parte de esta evolución tiene que ver con la búsqueda de nuevos proveedores de gas. EEUU es un gran productor de gas y ha aumentado mucho sus envíos hacia la UE en barco -- el gas licuado (GNL) viaja en metaneros--.
Tradicionalmente, la UE ha sido una zona netamente exportadora de productos al resto del mundo. Es decir, vendemos más bienes de lo que compramos al exterior. Sin embargo, esta primera mitad de año ha cambiado totalmente esta balanza comercial. De un superávit se ha pasado a un déficit en niveles históricos. Europa se gastó 140.000 millones de euros más en adquirir bienes del extranjero de lo que ingresó por sus exportaciones. Nunca había existido un desfase tan abultado y es el primer dato negativo desde el año 2011. Entonces el déficit fue de -26.000 millones. Ahora es cinco veces mayor
La clave para explicar estos números se encuentra en el apartado de compras y ventas de energía. Este primer semestre de 2022, Europa ha destinado un 150% más de dinero a las compras de estos productos desde el exterior. La UE siempre ha sido deficitaria en este apartado, pero el déficit de la balanza energética se ha multiplicado por tres.
El saldo comercial de nuestro país también empeoró por el factor energía. Hemos gastado 30.000 millones de euros en compras fuera de Europa que en el primer semestre de 2021 (básicamente porque ha subido mucho el coste del gas y del petróleo que adquirimos en el exterior).
Sin embargo, hemos mejorado las ventas a países tanto dentro como fuera la UE. Al final pesa mucho más el factor energía y la balanza comercial española empeora: pasamos de -8.000 a -33.500 millones de euros en los seis primeros meses del año.