Cada día que pasa se complica la respuesta a esta pregunta: ¿cómo será el invierno de la economía europea con un precio del gas desorbitado? La cotización de este combustible sigue imparable. Este lunes ha subido un 14% en tan solo una jornada. Hace un año costaba alrededor de 50 euros el MWh y ahora cotiza en los 220 euros MWh. La previsión es que en septiembre esté todavía más caro y por encima de los niveles históricos que vimos tras la invasión de Ucrania en marzo. Son niveles totalmente insostenibles.
La industria de la UE difícilmente podrá aguantar este coste del gas que arrojan unos mercados cada vez más tensionados. Además, el traslado del precio a todo el sistema eléctrico no solo pondrá en jaque a los negocios dependientes del gas, sino también a los intensivos en electricidad. Los precios que vaticinan los mercados para la luz este invierno dan vértigo. En el caso de España el tope al gas nos parapetará algo de este 'infierno eléctrico' que parece irremediable en Europa.
Las familias tendrán que afrontar también estos niveles de precios insólitos en la época de mayor consumo por el uso de la calefacción.
Este nuevo episodio de tensión en el mercado del gas está relacionado con el aumento de la demanda de electricidad por el calor y los efectos derivados de la sequía en Europa. El nivel de los ríos en Alemania dificulta la llegada de materiales como el carbón a las centrales térmicas de este país. Por si fuera poco, el factor Moscú sigue presente. Rusia envía cada vez menos gas a Europa a través del principal gasoducto que las conecta, el Nord Stream. Tras la parada por mantenimiento de julio no se retomaron los niveles previos de suministro. En los últimos días se han reducido todavía más y rondan el 15% de la capacidad de la tubería.
Nada hace pensar que Rusia cambiará de opinión y empezará a bombear más combustible cuando empiecen a bajar las temperaturas. Por eso la Comisión Europea pidió a los países prepararse para reducir el consumo de gas en un 15% (en el caso español será solo del 7%). En cuanto se active la alerta, los gobiernos tendrán que implantar obligatoriamente estas medidas.
El llenado de los depósitos en Europa sigue su curso y ya se está muy cerca de conseguir los objetivos marcados del 90% para la media de la UE. En España ya superamos el 80%, sin embargo, ese porcentaje representa un nivel reducido respecto a nuestro consumo: solo el 7%. Elevar los niveles de almacenamiento no significa que tengamos el invierno solucionado, ni mucho menos.
El componente energético de la cesta de la compra es el principal responsable de los niveles de precios que estamos viendo en la zona euro y que han obligado al Banco Central Europeo (BCE) a subir los tipos de interés mucho antes de lo previsto. Sin tregua en la energía difícilmente se podrá regresar a niveles más normales de inflación. Que el gas y la electricidad sigan subiendo de cara al invierno supone:
El único alivio en este panorama tan complejo parece que viene de la mano del petróleo. Su precio se ha desacoplado del gas y registra retrocesos que se traducirán en combustibles más baratos. La aparente desaceleración económica en China ha sido el último factor que ha contribuido a la caída del barril. Este lunes la referencia en Europa retrocedía cerca de un 5%.
El Gobierno alemán ha anunciado una tasa del gas para los consumidores de 2,4 céntimos por kilovatio hora (kWh). Se calcula que tendrá un impacto de "varios cientos de euros por hogar". La prensa alemana lo cifra en un sobrecoste de 480 euros al año para una familia de cuatro personas en una vivienda unifamiliar.
La tensión en el mercado del gas obliga a adoptar esta decisión, explica el Ejecutivo alemán, para poder distribuir entre los consumidores el mayor coste. Entrará en vigor el 1 de octubre de 2022 y se prevé que su aplicación se extienda por un período de tiempo limitado, establecido inicialmente hasta el 30 de septiembre de 2024.