La subida del precio de los productos ha hecho que a muchos les resulte imposible hacer una escapada este verano. Para otros se ha convertido en un verano de mucho gasto en vacaciones, con los precios por las nubes.
Los precios siguen imparables, solo en la alimentación han subido un 13 por ciento en un año. Pero hay productos como el aceite que han llegado a duplicarse y no es el único.
A base de sustos cada vez que vemos en la pantalla de la báscula lo que nos toca pagar. los trabajadores aseguran que "se va casi todo el suelo en la comida" y ahora estamos cambiando la manera de adquirir los alimentos.
"Antes derrochaba un poco más y ahora intento controlar el gasto" afirma un comprador en el mercado. Compramos menos cantidad: "Tengo que comprar un kilo, compro tres cuartos"
Otros aseguran que en "la fruta vas cogiendo cuatro cosas contadas". También buscamos productos más económicos, marcas blancas, cosas sencillas.
"Antes te permitías comprar, por ejemplo, un poquito de jamón, un poquito de caña de lomo", pero ahora “voy a lo más barato porque no se puede más" señala otro comprador.
Curiosamente, vamos más a menudo al mercado, pero cogemos menos cosas, para no desperdiciar. "Voy cogiendo lo justito para el día" "Un poco para ir ajustando la nevera"
Pero todo tiene un límite ya "que tenemos que comer, tenemos el vicio de tener que comer”, y para seguir haciéndolo hay que esperar a que los precios, al menos, dejen de dispararse.