Llega la primera gran operación salida de este año y los primeros veraneantes comienzan a notar en sus lugares de destino la enorme subida de precios que están aplicando de forma generalizada las empresas de hostelería y restauración.
Bares y chiringuitos han actualizan cartas y sorprenden a los turistas que se plantean recortar gastos para poder terminar sin agobios sus primeras vacaciones sin restricciones en dos años.
Con un IPC disparado por encima del 10 por ciento, algunos empresarios aprovechan la ocasión para incrementar los precios de sus productos el doble de lo que sube la inflación de forma que un menú de 10 euros el año pasado ahora está en 12 euros.
Los turistas se quejan que de las subidas le harán apretarse el bolsillo más que otros años con lo que al final, los empresarios hosteleros pueden sufrir una caída de ingresos.
Pero no todos han optado por aprovecharse y subir los precios, algunos establecimientos han preferido que sea su cuenta de resultados y sus beneficios los que soporten la inflación y no ahuyentar a unos turistas que miran con preocupación las cartas de sus establecimiento.