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El Índice de Precios de Consumo (IPC) disparó su tasa interanual seis décimas, hasta el 10,8%, su nivel más alto desde septiembre de 1984, según los datos avanzados publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). A pesar de que bajó dos décimas en julio en relación al mes anterior.
El dato de julio, que deberá ser confirmado por Estadística a mediados del mes que viene, supera el pico alcanzado el pasado mes de junio cuando el IPC se situó en el 10,2%, su nivel más alto desde 1985.
Según el INE, la escalada del IPC interanual hasta el 10,8% se debe, principalmente, a la subida de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas y de la electricidad (la cual registró una bajada en julio de 2021) y al comportamiento del vestido y calzado, cuyos precios bajan menos que el año pasado.
La escalada de los precios comenzó a la vuelta del verano de 2021 impulsados fundamentalmente por el precio de la energía, con lo que el IPC medio anual cerró el ejercicio pasado en el 3,1% tras haber llegado a estar en negativo en el año.
Los precios de los combustible y la guerra en Ucrania repercutieron en el precio de la cesta de la compra que han comenzado a hacerse crónica empujando al límite el poder adquisitivo de la población, que no ha visto actualizado sus sueldos. Con la misma cantidad de dinero se compran menos alimentos y otros productos.
Con la oposición de las patronales la mesa con los agentes sociales fracasó en lograr un pacto de acuerdos para compensar el alza de la inflación y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño ha reiterado la necesidad de la mesa de negociación para acordar la moderación de márgenes y salarios por un plazo de 3 años.
Los datos económicos, que se han hecho público hoy viernes, también destacan el descenso de los precios de los carburantes. En comparación mensual, el Índice de Precios al Consumo registró en julio una caída de dos décimas, frente al aumento del 1,9% registrado en el mes de junio.
El INE incorpora en el avance de datos del IPC una estimación de la inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos), que aumentó en julio seis décimas, hasta el 6,1%, su valor más alto desde enero de 1993. De este modo, la subyacente se sitúa 4,7 puntos por debajo de la tasa del IPC general.
Desde el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital explican que la inflación es un fenómeno global y una de las principales consecuencias de las tensiones geopolíticas, que están produciendo un incremento continuado de los precios de la energía, especialmente del gas, y también de los alimentos.