Las comisiones bancarias son el dinero que cobran las entidades financieras por prestar sus servicios. Pueden cobrar, por ejemplo, por tener una cuenta corriente, por entregar una tarjeta de crédito, por hacer una transferencia o incluso por retirar dinero en ventanilla. Cada banco es libre de establecer los precios que quiera, por lo que se puede llegar a pagar hasta 240 euros anuales por el mantenimiento de una cuenta corriente.
Ninguna ley limita las comisiones bancarias, excepto en casos específicos como en la amortización anticipada de un préstamo o una hipoteca. De hecho, el Banco de España no puede poner un tope a dichos importes. Eso sí, los bancos deben informar de las cantidades antes de su cobro.
Las entidades pueden aumentar las comisiones bancarias de las cuentas y de las tarjetas de forma unilateral cuando quieran, pero tienen que avisar con al menos dos meses de antelación. Además, el cliente, bien sea consultando el contrato o al banco, tiene derecho a conocer de forma transparente la información sobre las comisiones.
Los bancos digitales no suelen aplicar gastos, mientras que los grandes bancos, como Caixabank y Santander, suelen ser los que más cobran. No obstante, tal y como apuntan en HelpMyCash, se pueden evitar si se cumplen los requisitos de la cuenta o se opera de manera online.
Teniendo en cuenta que el servicio es cada vez más caro si no se cumplen los requisitos exigidos por la entidad, abrir una cuenta en un banco sin comisiones y sin apenas requisitos puede ser un acierto ahora y de cara al futuro.
Comisión de mantenimiento. Es la que tiene un precio más elevado, pero se puede evitar. De hecho, casi todos los bancos te permitirán reducirla a cero si cumples sus requisitos. Así que lo primero que tienes que hacer es averiguar qué te exigen para no pagar. Para ello, puedes revisar el contrato de tu cuenta o preguntárselo directamente a tu gestor. Si no puedes cumplir sus condiciones o no te interesa hacerlo, cambia de banco.
Comisión de administración. Los bancos están dejando de cobrarla, son unos 0,40 ó 0,60 euros por operación. La mayoría solo la aplica a los clientes que operan en oficinas o conservan una libreta o cartilla. Por lo general, si cumples los requisitos de la cuenta para no pagar la comisión de mantenimiento, tampoco tendrás que pagar la de administración.
Comisión por transferencia bancaria. Si actualmente pagas por este servicio, habla con tu banco. Ten en cuenta que si ordenas las transferencias a través de la banca online o de los cajeros, pagarás menos o, incluso, nada. Enviar más de 50.000 euros tiene coste, por lo que es aconsejable dividir el importe en varias transferencias. Las transferencias internacionales fuera de la zona euro (SEPA) o las que superen la mencionada cantidad siempre tienen comisiones bancarias. El coste suele aplicarse cargando un tanto por ciento sobre el importe transferido, con un mínimo a pagar de forma obligatoria que puede superar los 20 euros.
Comisión por mantenimiento de tarjetas. En algunos bancos, si cumples los requisitos de la cuenta, no te cobrarán comisiones por la tarjeta asociada. En otros, no obstante, tendrás que hacer un gasto mínimo con la tarjeta o usarla un número determinado de veces para que sea gratis. Ten en cuenta que los bancos suelen entregar al menos una tarjeta gratis, pero esta puede ser de débito o de crédito. Y si quieres las dos, en algunos casos no tendrás más remedio que pagar.
Comisión por usar la tarjeta en el extranjero. El banco puede cobrarte una comisión cada vez que saques dinero con tu tarjeta en un cajero ubicado fuera de España. Además, puede aplicarte un sobrecoste (alrededor del 3%) cada vez que pagues con la tarjeta en una moneda distinta al euro, ya que implica un cambio de divisa. Además, si vas a un cajero, el banco propietario de la maquina te puede cobrar otra comisión llamada 'surcharge fee' (unos 10 euros). Este gasto, explica HelpMyCash, no depende de tu banco. La comisión por cambiar de divisa y la comisión por sacar dinero las puedes evitar contratando una tarjeta que no te las cobre.
Comisión por descubierto. Los gastos por estar en descubierto se pueden evitar teniendo un buen control de las finanzas personales para no quedarse nunca en números rojos. Por otro lado, si abonas la deuda a tiempo, podrías llegar a evitar que el banco te la reclame, ya que el cobro de esta comisión no es inmediato. A esta comisión bancaria se le debe sumar la comisión por reclamación de posiciones deudoras, un gasto fijo que la entidad cobra por la gestión que le supone tener que avisar al cliente del descubierto. Sólo puede cobrarse una única vez por cada descubierto y su precio suele superar los 30 euros.
Comisión por sacar dinero del cajero. Intenta retirar efectivo solo de los cajeros de tu banco o de los cajeros de los bancos con los que tenga convenio. Otra alternativa es contratar una cuenta bancaria en una entidad con una red de cajeros más amplia. En cualquier caso, siempre que saques dinero en un cajero español, antes de terminar te aparecerá en la pantalla el coste de la operación. Si no estás de acuerdo, puedes cancelarla e irte a otro.
Comisión por uso de oficinas. Varias entidades han empezado a cobrar a los clientes que operan en la ventanilla. Eso sí, aunque puedan cobrarte por operar en una sucursal, no tendrás que pagar nada si acudes a tu oficina a solucionar dudas o cuando tengas una incidencia. Usando los canales digitales de la entidad bancaria se pueden evitar estos costes.