Cuatro alimentos básicos en la cesta de la compra, como son el pollo, el aceite de girasol, la harina y la leche, han encarecido su precio tras los cuatro meses de guerra en Ucrania que se cumplen este viernes. Su encarecimiento viene dado por los costes de producción o por el fantasma del desabastecimiento. De hecho, los españoles ya hemos dejado de comprar ciertos productos.
Según el último informe del Índice de Precios de Consumo (IPC), la tasa de variación anual del mes de mayo se situó en el 8,7%, cuatro décimas por encima de la registrada en abril.
El sector de la alimentación y bebidas no alcohólicas fue el segundo más afectado, por detrás del transporte, con un aumento de la tasa anual de precios del 11%, la más alta desde el comienzo de la serie, en enero de 1994, según señala el informe.
De ellos, los cereales y el pan, la leche, el queso, los huevos y la carne son los alimentos en los que, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), más han incrementado los precios.
Subidas que no sólo han afectado a los consumidores; los productores han visto cómo se disparaban sus gastos en energía y los precios de sus insumos.
Agricultores y ganaderos que, en general, ya habían percibido un incremento paulatino de los costes en los últimos meses y vieron cómo la situación se agravaba con la invasión rusa de Ucrania.
Inevitablemente, esa subida en la producción ha repercutido de manera directa en los precios de la cesta de la compra y dos de cada tres consumidores opina que la guerra en Ucrania ha afectado algo o mucho a sus hábitos de consumo, según un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
En el caso de los productores, los efectos de la guerra se comenzaron a ver desde su inicio, como asegura el director de la Asociación de Industriales, Envasadores y Refinadores de Aceites (Anierac), Primitivo Fernández. "En el mes de marzo hubo una crisis total", confiesa el director en declaraciones a Efeagro.
Si hubo un producto sobre el que saltaron las alarmas con rapidez fue, precisamente, el aceite de girasol.
Fernández achaca a las diferentes informaciones y los rumores sobre desabastecimiento el acopio que se hizo de aceite de girasol en los hogares e, incluso, la limitación en la compra por parte de algunos supermercados. No obstante, el precio de este producto "ya se estaba incrementando" desde hacía algún tiempo.
Ahora, ve una situación más estable que se ha podido gestionar en parte "gracias a acudir a otras fuentes de aceite de girasol" y, también, al 'stock' disponible que ahora está saliendo con la apertura de las exportaciones desde Ucrania.
En general, los precios del aceite de girasol han experimentado una "subida" y han llegado a estar a 3.000 euros por tonelada, cuando lo "habitual" era alrededor de 1.500, según explica.
Otro de los sectores que también ha visto aumentar su precio de "forma increíble" es el de la carne avícola, según el secretario general de Avianza, Jordi Monfort.
"Antes de 2020 veníamos de cinco años con precios de materias primas muy estables pero desde enero y especialmente a partir de la guerra, los costes se han disparado de forma increíble", declara.
Y es que este sector ha pasado de pagar entre los 300 y 310 euros por tonelada de pienso producido a que cueste entre 360 y 390 euros, según indica.
No obstante, el pasado martes, el secretario general desmentía los rumores de un posible desabastecimiento o incremento fuerte en el precio del pollo, al igual que ocurría con el aceite de girasol.
Para el director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil), Luis Calabozo, desde el punto de vista de la inflación, la leche "no es el caso más representativo".
A pesar de ello, su situación sí ha generado expectación durante los cuatro meses de guerra debido a que, aunque no es catalogado como "electrointensivo", consume mucha energía.
Según denuncia el director general de Fenil, los costes de producción han aumentado un 26% con respecto al año anterior, un repunte que, si se compara con la media entre 2006 y 2020, alcanza el 71%.
Sin embargo, para el consumidor final esto supone "un aumento, como mucho, del 14% del precio medio del brick", una alteración que en el precio de otros productos es "mucho más notable".
Por último, los cereales y sus derivados, la harina, han sufrido también las consecuencias de la guerra en Ucrania, país que está exportando 1,5 millones de toneladas de cereales al mes.
Por ello, según los datos del IPC tanto mensual como interanual, la harina es uno de los productos que más ha visto subir su precio en los supermercados.
Además, también ha afectado a otros productos derivados, como las galletas o el pan, un imprescindible sobre el que en los últimos días sobrevuela el rumor de un posible aumento de precio.