La gasolina y el gasóleo han alcanzado un máximo histórico en España. Ambos ya superan, los 2 euros, una cantidad que absorbe la bonificación de 20 céntimos por litro aprobada por el Gobierno.
El precio medio del litro de gasolina se ha situado esta semana en los 2,117 euros, tras registrar una subida del 3,36% con respecto a hace siete días atrás, según datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE). El diésel, por su parte, ha registrado un alza del 4,54% en la última semana, superando la barrera de los 2 euros.
Con respecto a hace un año, el precio medio del litro de gasolina se ha encarecido un 55,7%, mientras que en el caso del gasóleo es un 64% más caro, aunque sin tener en cuenta la bonificación vigente actualmente.
Con respecto a hace un año, el precio medio del litro de gasolina se ha encarecido un 51,6%, mientras que en el caso del gasóleo es un 58% más caro, aunque sin tener en cuenta la bonificación vigente actualmente. Mientras, desde la invasión de Ucrania a finales del pasado mes de febrero los precios de ambos combustibles se han disparado casi un 30%.
Con estos niveles, el precio de la gasolina sin plomo de 95 está en España ya por encima de la media de la Unión Europea, situada en 2,042 euros el litro, aunque no de la zona euro, con un precio medio de 2,097 euros.
En el caso del diésel, el precio en España también vuelve a ser superior al de la media de la UE, que es de 1,981 euros, aunque está por debajo de la de la zona euro, con un precio de 2,029 euros.
En este escenario, el Gobierno anunció el 1 de junio que va a prorrogar tres meses más la bonificación de 20 céntimos por litro de carburante. En principio y según comunicó el propio Ejecutivo, esta ayuda se prologaría hasta el 30 de junio. Sin embargo, fuentes del sector del carburante han asegurado que esta medida se prolongará más allá del 30 de junio.
No obstante, la ampliación de esta ayuda parece que no irá destinada al bolsillo de todos los ciudadanos. Todo apunta a que el Gobierno de Pedro Sánchez continuará rebajando el precio de los carburantes solo a las familias con una renta más baja.