Gerard Piqué, exjugador del FC Barcelona, ha acudido este viernes a un juzgado para declarar como investigado por el papel que jugó, junto al expresidente de la Federación de Fútbol Luis Rubiales, en las negociaciones que llevaron la Supercopa a Arabia Saudí y por las que se pactó una prima de 4 millones anuales para su empresa. Durante su declaración, que se ha prolongado más allá de las dos horas, el exfutbolista se ha roto y no ha podido evitar llorar. "No sabéis el daño", ha dicho.

En sede judicial, el exdefensa del Barça ha negado este viernes en los juzgados de Majadahonda haber pagado al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales o a la entidad por actuar como intermediario de los saudíes en el contrato para el traslado de la 'Supercopa' de fútbol masculino de España a Arabia Saudí. Del mismo modo, ha señalado que llegó al acuerdo de la Supercopa con la entidad saudí SELA Sport Company, por el que se comprometían a pagarle 40 millones en 10 años. Fue un acuerdo "verbal" y "entre caballeros", ha señalado.

En ese sentido, Piqué ha negado también irregularidades en esa comisión de 4 millones anuales --a abonar durante 10 años-- que en 2020 su grupo empresarial, Kosmos, pactó recibir de la citada empresa pública saudí por ese contrato que firmó la RFEF para llevar la competición al país árabe.

El oriundo de Barcelona, de 38 años, ha precisado que Fernando Soler fue el que les puso en contacto. Defendiendo que hizo gestiones y está orgulloso de ese trabajo, ha afirmado que cuando cristaliza es cuando pide el dinero y le pide a la Federación que lo ponga en la cláusula, que si no le pagan, la RFEF podía rescindir.

En sus declaraciones, inicialmente muy tranquilo, ha tuteado a la jueza y ha señalado: "No he pagado nada a Rubiales ni a nadie de la RFEF".

"Llevamos tres años, a nivel de prensa, no sabéis el daño", ha dicho, rompiéndose en su declaración. "Me sorprende que a día de hoy se siga filtrando. Ayer mismo", ha dicho.

El exfutbolista, también máximo accionista del Fútbol Club Andorra, estaba citado ante la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 4 de Majadahonda (Madrid), que también investiga a los expresidentes federativos Luis Rubiales y Pedro Rocha en una causa que nació en junio de 2022 y que gira en torno a varios contratos de la RFEF.

La llegada de Gerard Piqué a esta cita judicial ha tenido lugar a alrededor de las 9:15 horas y se ha producido justo un día después de aportar al juzgado quince facturas, de 800.000 euros cada una, que suman 12 millones de euros, emitidas por sus empresas a la Federación de Fútbol saudí desde 2022 hasta el 2025 por sus servicios de "intermediación" y "asesoría". Las últimas son del pasado enero, si bien fuentes jurídicas recuerdan que la cuenta de su empresa está bloqueada desde hace casi un año.

Con esos documentos, junto con los comprobantes bancarios de pago derivados de "los servicios prestados por la celebración de la Supercopa" en Arabia Saudí, Piqué quiere demostrar la "normalidad en la relación contractual y la aceptación de los servicios de intermediación efectivamente prestados".

En el interior de la sede judicial, el exfutbolista ha declarado en la misma línea que defendió este jueves su abogado, señalando que la documentación aportada ayer evidencia "la normalidad en la relación contractual y la aceptación de los servicios de intermediación efectivamente prestados".

En ese sentido, el ex del Barça ha respondido durante casi dos horas a la jueza, al fiscal y a su abogado, asegurando estar orgulloso de haber conseguido el que considera el mejor contrato de la RFEF. Así, ha incidido en que, si en algún momento dio a entender que tenía el encargo de la Federación para mediar en la Supercopa, lo rectificó en rueda de prensa.

En la misma línea, ha manifestado que en un principio el acuerdo con SELA fue verbal, calificándolo en concreto como un "pacto de caballeros". Además, ha explicado que una vez que la negociación se consolidó, propuso a SELA cerrar la posición de Kosmos y hablaron con la RFEF para conseguir dicha protección en el contrato a través de una cláusula que los saudíes finalmente admitieron.

Por otro lado, en el marco su declaración, también ha señalado que tuvo problemas para cobrar y que, en su intento de solucionarlo, llamó a Rubiales para que le ayudara. Según ha dicho, cree que el entonces presidente de la RFEF habló con los saudíes del asunto.

Por último, al cierre de su intervención, Piqué ha pedido la palabra visiblemente emocionado para asegurar que le parece una injusticia estar involucrado en esta causa desde más de un año.

La presunta intervención que pesa sobre el exjugador del Fútbol Club Barcelona se circunscribe a ese contrato que llevó la celebración de la Supercopa de España a Arabia Saudí, cuando Luis Rubiales, hoy condenado por el beso no consentido a Jennifer Hermoso en una causa paralela, estaba al frente de la RFEF y Gerard Piqué aún jugaba en el Barça, equipo que participaba en el torneo.

A este respecto, lo que investiga la magistrada son las "posibles ilegalidades" en los acuerdos firmados el 11 de septiembre de 2019 entre la RFEF y la entidad saudí Sela Sport Company, en los que se fijó una "prima de éxito" de 4 millones al año para una "tercera parte agente" que no se identificaba en el contrato, frente a los 40 millones anuales en favor de la Federación, durante seis años.

Ese "tercer agente", decía la jueza en un auto, se reveló en un documento aparte firmado entre Rubiales, Sela y Gerard Piqué como representante de Kosmos, de la que el exfutbolista es dueño, fundador y director.

Un año después, en 2020, se firmaron unas adendas que prorrogaron los acuerdos cuatro años más. "En definitiva, para la RFEF habrá supuesto, si se cumple el acuerdo hasta su término, unos ingresos de 400 millones de euros y para la empresa de Gerard Piqué 40 millones", apuntó la magistrada.

Y en esos contratos, añadía, se incluyó una cláusula "esencial" por la que RFEF "trataba de garantizar" el pago de esa comisión de 4 millones anuales a favor de Kosmos, "aun cuando esta empresa formalmente sería la comisionista de Sela".

La Guardia Civil plasmó en un informe las sospechas de que Gerard Piqué jugó una "parte activa" como intermediario, a través de una sociedad, en las negociaciones para celebrar la Supercopa fuera de España, cuando Luis Rubiales llegó al mando de la RFEF.

Dicha sociedad recibió un mandato de exclusividad de la RFEF para buscar "opciones de negocio" en Estados Unidos, China y Japón, si bien finalmente la opción que triunfó fue la de la empresa saudí.

La tesis de los investigadores es que la empresa de Piqué habría intermediado realmente en favor de la RFEF y no de Sela, y que la Federación habría ocupado una "posición de garante frente a los derechos económicos de Kosmos".

Es más, en otro de los informes que obran en el sumario, los agentes indican que la Federación "consideró el pago de sus comisiones una 'obligación esencial del acuerdo', reservándose el derecho a rescindir unilateralmente unos contratos que representan para la RFEF unas perspectivas de ingresos de 400 millones de euros para el periodo 2020-2029".

Por ello, infieren, que la participación de Kosmos y sus retribuciones "pudieran haberse consensuado con la RFEF" y que, en consecuencia, la Federación podría haber tenido intereses "por asegurar que Kosmos" percibiese su comisión.

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