La Supercopa de España, celebrada una vez más en Arabia Saudí, vuelve a estar en el foco de la polémica. Ensombreciendo nuevamente a lo estrictamente deportivo, la realización del evento en territorio saudí continúa generando críticas y controversia. La última, desatada después de que familiares de los jugadores del Mallorca, así como aficionados del club, hayan denunciado “acoso” e incluso “tocamientos a mujeres” en el marco del encuentro que enfrentaba al Real Madrid y el conjunto balear en Yeda.

Según ha declarado Cristina Palavra, mujer de Dani Rodríguez, centrocampista del R.C.D. Mallorca, en el estadio King Abdullah Sports City y sus inmediaciones, donde se disputó el encuentro de semifinales de la Supercopa de España, se vivieron momentos “complicados”, “sin seguridad” y con varios hombres acosándola tanto a ella como a otros familiares, como la mujer del guardameta esloveno Domink Greif.

Su relato de lo acontecido se produjo en declaraciones a Esports IB3, en las que comenzaba primero refiriéndose al encuentro, que se resolvió con un 3-0 a favor de los madridistas, con tantos de Jude Bellingham (63’), Martin Valjent en propia puerta (90’+2’) y Rodryrgo Goes (90+5’); un partido que no estuvo exento de una tangana final que terminó de desatar la tensión.

“Los chicos han jugado superbién. La verdad es que han tenido garra, lo han dado todo y estamos contentos por ellos. Pero, bueno, la salida es verdad que ha sido un tanto complicada”, señalaba Cristina Palavra antes de denunciar esos momentos posteriores a la finalización del partido.

“Hemos ido con los niños, hemos estado sin seguridad. La verdad es que los chicos de aquí, de este país, se han puesto a hacernos fotos de cerca, nos han estado acosando. A Natali, la mujer de Dominik, también. Yo, con la niña que estaba dormida… La verdad es que nos hemos visto un poco desubicados porque no teníamos a nadie protegiéndonos ahí. La salida ha estado muy mal”, denunciaba ante un periodista de Esports IB3 que confirmaba que, por su parte, también para ellos había sido “complicado” trabajar en ese escenario.

“Hemos ido en grupo, todos juntos, con la organización y todos, pero no se ha podido hacer nada más: ir en grupo, llegar hasta el bus y entrar al bus y ya está. Es lo que hay”, señalaba, apuntando que ni siquiera había podido hablar con su marido todavía.

“No he podido hablar con él. De hecho, le envié un mensaje y está sin cobertura, y quiero saber también lo que ha pasado porque la que se ha liado ahí abajo ha sido tremenda”, comentaba antes de finalizar, refiriéndose a la tangana de los últimos instantes en la que algunos jugadores de ambos conjuntos se vieron enzarzados al término del encuentro.

Junto a su denuncia de acoso, también algunos aficionados han confirmado la situación que se vivió en el estadio King Abdullah Sports City de Yeda, donde ratifican que el fútbol quedó totalmente en un segundo plano cuando sintieron la hostilidad de algunos grupos que allí se encontraban.

“No dábamos crédito ninguno. Lo que hemos vivido hoy es una auténtica vergüenza. En mi vida he salido tan caliente de un estadio, y no por el partido”, señalaba un socio del Mallorca en declaraciones a ‘El Partidazo de Cope’, relatando lo que ellos también vivieron desde la grada.

“Realmente es para hacérselo mirar muy seriamente por parte de la Federación y todos los responsables de que se juegue una competición en este país”, denunciaba, señalando que ni siquiera nadie se encargó de cuidar a la pequeña masa de aficionados del Mallorca que se desplazaron para ver a su equipo en la semifinal.

“Nos han mezclado con afición de allí, árabes, que durante todo el partido, –no todos evidentemente, pero muchos–, han estado incordiándonos, burlándose de nosotros, provocando, con los goles… provocando incluso a niños, a gente mayor”, expresaba, indicando, no obstante, que eso “no fue lo peor de todo”.

“En el trayecto de la grada al autobús, de unos 15 o 20 minutos, todo el rato increpados. Nos hacían pasillos centenares de personas, haciéndonos fotos sin consentimiento, pegándonos incluso collejas, burlándose de nosotros, haciéndonos el 3-0 con los dedos. Muy desagradable, pero lo peor es sobre todo lo que han sufrido las mujeres. Han sufrido tocamientos, fotos sin consentimientos”, declaraba.

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