El futbolista coruñés Lucas Pérez, recién fichado por el PSV Eindhoven neerlandés, ha confesado públicamente los motivos por los que, ante la sorpresa de muchos aficionados, decidió dejar el RC Deportivo este mes de enero pese al fuerte vínculo que le une a él; una decisión que, ha contado, más allá de razones deportivas está relacionada con una compleja situación familiar.

El delantero comunicó al club su decisión de marcharse y no cumplir con los dos partidos que le quedaban para que se renovase su contrato. Lucas Pérez lo tenía claro pese su fuerte sentimiento deportivista. Lo estaba pasando mal, no se sentía “valorado ni apoyado” y atravesaba un momento personal difícil.

Fue así como dejó al combinado gallego atrás y ese mismo mes de enero de este año quedó sin equipo, marchándose a Madrid para estar cerca de su hijo. Allí se entrenó con el Rayo Majadahonda, lo que disparó los rumores de que pudiese haber tenido conversaciones con el Rayo Vallecano para jugar con ellos; algo que ha desmentido.

Durante su estancia en Madrid, el PSV Eindhoven contactó con él y mostró su interés, algo ante lo que Lucas Pérez reaccionó expresando, tras recibir la oferta el 30 de enero, que “no estaba capacitado para poder firmar con ellos” en ese instante. Sin embargo, el PSV se mostró dispuesto a esperarle, y finalmente firmó, convirtiéndose en su jugador desde el día 23 de este mes de febrero.

Ahora, el coruñés ha pasado de jugar en Segunda División en España a militar en un equipo en octavos de final de la Champions, y en duelo por intentar arrebatar el liderato al Ajax en la ‘Eredivise’, la Primera División en Países Bajos.

No obstante, como ha explicado en una entrevista para ‘El Partidazo de la Cope’, su decisión nunca fue por motivos deportivos, sino por una difícil situación familiar que ahora ha revelado.

Según ha señalado al citado medio, más allá de las situaciones atravesadas en el propio conjunto coruñés, todo dio un vuelco definitivo cuando llegó “un burofax al club” con “una denuncia” por parte de su padre.

“Yo me he criado con mis abuelos. Eran los padres de mi padre, en este caso. En su día, (mis padres) me dejaron en la ‘Casa Cuna’, donde dejan a los niños de los que no se pueden hacer cargo. Pasé varios días allí, donde después mis abuelos se hacen cargo de mí”.

“Me dejaron allí con dos añitos. Mis abuelos se enteraron de esa situación y fueron los que se hicieron cargo de mí. Entonces, estaba pasando por unos meses de una situación en la que en el club no me sentía apoyado, y todo esto que venía pasando... Después viene la denuncia de mi padre en la que me exige manutención en una cantidad importante de dinero para el resto de mi vida”, cuenta en ‘El Partidazo de la Cope’, relatando que su padre en todo este tiempo “eligió su camino” y apareció “por necesidad” en distintas etapas en su vida.

De igual modo, explica que su madre también le mandó un burofax pidiéndole dinero cuando firmó con el Arsenal.

Por estas razones, con mucho estrés y atravesando un mal momento, decidió su marcha. Dejó el club y, según ha insistido, no se reunió con ningún otro equipo, centrándose en “limpiar” su cabeza.

Ahora, con la denuncia en manos de sus abogados, afronta la situación habiendo marcado la distancia al marcharse de su tierra natal y recalar en el PSV, donde a sus 36 años continuará con su trayectoria en el fútbol, del que no quería retirarse.

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