Tras la declaración de Luis Rubiales en el juicio por el beso que dio a Jenni Hermoso al término de la final del Mundial de 2023, ha llegado el turno del exentrenador de la Selección femenina, Jorge Vilda, y de otros dos exdirectivos de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), acusados de coacciones. Vilda ha negado que Rubiales le pidiera que hablase con el entorno de la jugadora en el avión. No obstante, ha asegurado que le pidió a Rafael Hermoso que su hermana hiciera algo "por normalizar la situación" pero nunca le "habló del presidente". Así lo han contado en el vídeo Borja Moreno e Isabel Alonso.
Jorge Vilda ha asegurado que "nunca" ha hablado con Jenni Hermoso del beso. “Igual tenía que haberle preguntado como estaba”, ha señalado.
Durante el viaje no fue consciente de la presión sobre la jugadora. “En ningún momento presencio, ni nadie me lo dijo, ni del staff, ni la familia. Cuando la vi con la cara cruzada, porque la conozco mucho y es muy expresiva, pensé que lo que leía en medios no le gustaba como a todos los demás”.
Vilda ha negado tajantemente que Luis Rubiales le enviara a hablar con la familia de la jugadora. Ha explicado que él mismo decidió ir a hablar con Rafael Hermoso para pedirle "normalizar la situación" por la jugadora y la Selección, "sin especificar si un vídeo pero si salir y hablar y hacer una comunicación. Le hablé “del impacto mediático para ella y la selección. En ningún caso le hablé del señor Rubiales”.
“Fue una conversación de cinco minutos. Hablamos de fútbol y de lo bien que ha estado Jenni. Cuando les pregunto por el beso, él lo tilda de anecdótico y algo sin importancia”, ha asegurado Vilda que ha sostenido que Rafael Hermoso le dijo que "iba a hablar con ella”.
Vilda ha dicho que durante el viaje estuvo más pendiente de su hija, que estaba enferma en el avión, y de Olga Carmona, que se acababa de enterar de la muerte de su padre.
La Audiencia Nacional acoge en esta séptima jornada del juicio en la que también han declarado los otros dos imputados, el exresponsable de marketing de la Federación de Fútbol, Rubén Rivera, y del exdirector de la Selección masculina Albert Luque.
Albert Luque ha señalado que fue al hotel en Ibiza de las jugadoras porque estaba "preocupado" por Jenni Hermoso, que era su amiga de muchos años. Cuando ella dijo que no iba a bajar a hablar con él, Rubén Rivera le dijo que se quedara a hablar con la amiga de Hermoso, Ana Ecube.
A ella le dijo, ha asegurado el acusado, que estaba allí como amigo de Jenni Hermoso, no por la Federación y ha negado que les ofreciera un empleo a ambas, si la jugadora accedía a coger las llamadas de la RFEF.
Tras no conseguir hablar con ella, el exdirectivo de la RFEF tuvo "una respuesta desafortunada". "Si volviera para atrás... le digo que me arrepiento de esa respuesta, pero es una conversación con una persona que yo estoy en un malestar, soy persona de sangre caliente y sin contar hasta diez, contesto. ¿Vale? Y es un WhatsApp desafortunado", ha reconocido. En esos mensajes, calificó a Hermoso de mala persona y deseándole que se quedara muy sola en la vida.
Ruben Rivera, el último de los procesados en declarar en el juicio, ha dicho que "García Cava me llama para hablar con Jenni Hermoso cuando íbamos en el microbús" del aeropuerto al hotel, "no en la comida como se ha dicho". En ese momento, la jugadora llevaba el teléfono no disponible.
“Al terminar la conversación con la jugadora, García Cava me dice que Jenni tiene que estar disponible con su móvil por la tarde para un Zoom”, ha afirmado Rivera. En la comida, le pidió el teléfono a la jugadora para cargárselo una sola vez, al contrario de lo declarado por varios testigos.
La Fiscalía ha mantenido su petición de dos años y medio de prisión por un delito de agresión sexual y otro de coacciones para Luis Rubiales. La teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez, ha elevado a definitivas sus conclusiones en la recta final del juicio que sienta en el banquillo a Rubiales y también a tres exdirectivos de la Federación por coacciones a la jugadora para que dijese que el beso fue consentido.
Para estos tres últimos -el exentrenador de la Selección femenina Jorge Vilda, el exdirector de la masculina Albert Luque y el exjefe de marketing de la Federación Rubén Rivera- también ha mantenido su solicitud de un año y medio de prisión por un delito de coacciones.
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