El tenis siempre ha sido uno de los deportes en los que el público siempre se ha mostrado muy respetuso. La rivalidad siempre se quedaba en la pista y no traspasaba la barrera de la grada, pero según Toni Nadal, en una opinión en el diario El País, "La mala educación, lamentablemente, ha llegado al tenis". Los mejores tenistas del circuito intentan siempre cuidar al máximo su comportamiento para no ser un mal ejemplo, pero en algunas ocasiones tampoco lo pueden evitar.
Los 14 Roland Garros de Rafa Nadal son historia del tenis, al igual que los 22 Grand Slams del tenista de Manacor, pero también hay otro dato que no pasa por alto entre sus seguidores y admiradores. El balear no ha roto una raqueta y aunque ha vivido momentos de mucha presión y cabreo sobre la pista, nunca ha perdido las formas con los rivales. Nadal ha tenido delante a tenistas como Kyrgios que le han llevado al límite, pero siempre ha encontrado la forma de no caer en las provocaciones.
Esa actitud dentro de la pista de los tenistas cada vez es menos frecuente y eso se ha trasladado a la grada, según la opinión de Toni Nadal. El entrenador ha escrito una columna en el diario El País advirtiendo sobre las nuevas formas del público que acude a ver un partido de tenis. "De lo que se trata es de vociferar, de participar y, por supuesto, de llamar la atención de las cámaras presentes que trasladarán la imagen del grosero o grosera de turno alrededor del mundo", dice.
Si hay un deporte en el que hay que guardar silencio junto al golf, es el tenis. El juez de silla pide antes de cada punto que los aficionados dejen de aplaudir o comentar el punto anterior para dejar a los tenistas que se concentren de cara al siguiente. Solo en la Copa Davis el ambiente era distinto, al haber un 'bando' claro por el que se animaba.
Toni Nadal cree que ya se ha extendido a todos los torneos que se juegan en el circuito ATP y ya es habitual que los aficionados cada vez tengan peores comportamientos. Y eso es lo que ha pasado en el Abierto de Australia. "Hasta tal punto de mala educación se ha llegado que hemos tenido que presenciar cómo se increpaba directamente a los jugadores que estaban en la pista".
El número uno del mundo escuchó improperios desde la grada y el serbio no se mordió la lengua y le respondió con un: "Baja y dímelo a la cara". El encontronazo tuvo lugar en el encuentro de segunda ronda del primer grande del curso, pero tras terminar el partido Djokovic mostró su disconformidad con la actitud del hincha: "La gente es libre de comportarse como quiera, porque para eso compran la entrada, pero si cruzas la raya, yo respondo".
"Puede que llevara una copa de más. Yo nunca he parado un partido para pedirle a un árbitro que expulsen a un espectador, pero hay límites. Sé que no había un gran ambiente para jugar hoy", sentenció Djokovic para zanjar la polémica con los insultos que le llegaron desde la grada.
Ahora ha sido Toni Nadal en las páginas de El País el que se ha puesto del lado del serbio para criticar ciertos hábitos del público y se hace una pregunta que no logra responder: "¿Por qué se ha llegado a esta situación en un deporte que tenía como elemento característico cierta elegancia, silencio y respeto por parte de los muy civilizados espectadores?".
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