Arabia Saudí está utilizando los grandes eventos deportivos y algunas figuras mundiales para cambiar su imagen. Desde hace un tiempo, las autoridades saudíes se encuentran tirando de talonario para hacerse con los derechos de las citas deportivas más importantes o para 'fichar' a personajes reconocidos mundialmente. El último ha sido el mejor deportista español de todos los tiempos, el tenista Rafa Nadal.
"Es una buena oportunidad de desarrollo en un país que está invirtiendo mucho en deporte", ha subrayado el balear. A finales del año pasado, 500 millones arrastraron a Jon Rahm a la Liga saudí de golf, propiedad del fondo soberano.
Estrellas del fútbol como Cristiano Ronaldo, Benzema y Neymar, tras su paso por Europa, juegan en el país árabe. Estos días vemos el rally Dakar en el árido territorio saudí y patrocinar el equipo de Fórmula 1 de Fernando Alonso.
Organizaciones como Amnistía Internacional denuncian que estos movimientos blanquean a una nación que discrimina a las mujeres y a las personas LGTBI, que comete abuso laboral y torturas y que no respeta la libertad de expresión.
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