Jennifer Hermoso ha hablado públicamente por primera vez tras el beso en la cara que le dio Luis Rubiales durante la entrega de medallas del Mundial de Australia y Nueva Zelanda, tras el cual el entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol se vio obligado a dimitir pese a su reiterada reticencia. La jugadora ha señalado que “sin merecerlo”, sufrieron “más de la cuenta” en “un momento histórico”, si bien ha centrado su discurso en el increíble logro conseguido y su importancia tanto a nivel deportivo como social.
La futbolista madrileña, militante del Pachuca Femenil mexicano, se ha referido a todo lo sucedido en este tiempo durante la gala del Salón de la Fama de la FIFA celebrado en México, donde ha ensalzado el importante triunfo de la selección española de fútbol femenino y ha reivindicado su impacto como referencia para las futuras generaciones.
Durante este acto, esta madrugada, la campeona del mundo, –sin mencionar expresamente a Luis Rubiales y su beso–, ha lamentado también que durante todo este tiempo hayan sucedido “muchas cosas” que les hayan obligado a “sacrificar alegrías o celebración”.
"Sin merecerlo, sufrimos más de la cuenta en un momento histórico para nosotras, pero tengo claro que tenemos una responsabilidad grande con las nuevas generaciones. Y a todas esas personas que no tienen altavoz para hacerse escuchar, quiero decirles que esta lucha es de todos", ha recalcado Jennifer Hermoso, que recientemente ha declarado en la Fiscalía por la causa abierta contra Luis Rubiales.
La futbolista, que ha recibido un galardón que homenajea su trayectoria en el Pachuca y con la selección, ha querido no obstante recordar en primer lugar todo lo bueno que ocurrió en todo este tiempo hasta conseguir proclamarse con sus compañeras campeonas del mundo. Así, retrotrayéndose a ese 20 de agosto en que España se impuso a Inglaterra con un gol de Olga Carmona, ha expresado lo que sintió al lograr la primera estrella para el combinado nacional femenino.
"Pude sentir la mano de mi padre cuando me llevó a entrenar, la sonrisa de mi madre al verme jugar y la alegría de toda la familia compartiendo el sueño de una pequeña futbolista que quería ser campeona del mundo. He jugado al fútbol toda mi vida, tengo 33 años, pero hace semanas sobre ese campo de esa final fui una niña otra vez", señalaba.
Con ello, ha dicho que la selección española dio “la vuelta al mundo”, convirtiéndose “en uno de los mejores equipos de la historia” y consiguiendo, además, “algo mucho más humano, más trascendental”: “No fuimos campeonas para alzar un trofeo, que se quedaran en las vitrinas, recibir un bono de compensación o salir en portadas. Fuimos campeonas del mundo, porque esa era la única manera que nos quedaba para ser escuchadas, valoradas y respetadas”, ha dicho.
Reivindicando así que la selección española cambió “la forma de ver el fútbol femenino de muchas personas”, en referencia a los cambios que, desde la consecución del título, pidieron las jugadoras en la estructura del fútbol femenino federativo, la delantera madrileña ha destacado la importancia de seguir trabajando en la misma línea.
“Estoy segura de que millones de niñas alrededor del mundo se han sentido identificadas y protegidas por este grupo de jugadoras valientes, comprometidas y honradas, que en cada paso que han dado siempre han pensado en el futuro de todas ellas”.
“Han pasado muchas cosas desde entonces, quizá sacrificamos algunas alegrías, alguna celebración, y, sin merecerlo, sufrimos más de la cuenta en un momento histórico para nosotras. Tenemos una responsabilidad enorme con las nuevas generaciones. A todas esas personas que no tienen un altavoz para hacerse escuchar quiero decirles que esta lucha es de todos. Ganamos en el campo y fuera de él para asegurarnos un deporte y una sociedad inclusiva que nos proteja a todos”, sentenciaba la futbolista, que no se olvidó en su discurso del eslogan viral que catapultó su causa y la de todas sus compañeras: “¡Se acabó! Soy Jenni Hermoso, soy jugadora de fútbol y soy esa niña que logró ser campeona del mundo”.