El deporte, un escenario donde se toleran las “conductas tóxicas” que se rechazan en otros ámbitos

La polémica por el beso del presidente de la RFEF, Luis Rubiales, a la futbolista Jenni Hermoso tras la final del Mundial femenino ha puesto de manifiesto las “conductas tóxicas” que se dan en el mundo del deporte y que “no suceden igual en otros contextos”.

Marta Eulalia Blanco, especialista en violencias sexuales en el deporte y profesora en la Universidad Europea de Madrid, ha cuestionado la forma en la que se expresan las emociones en el deporte, un sector donde, ha dicho, “muchas veces” se normalizan ciertos acercamientos y tocamientos que en otros espacios se señalan como inapropiados. Por eso, ha reclamado datos oficiales “que hablen del acoso sexual y del abuso sexual, de las violencias sexuales en general en el deporte”, así como una legislación específica que indique cómo debe ser la atención ante estas conductas, “porque no es igual que en otros espacios”, ha asegurado.

El respeto a la intimidad, un valor que se tiene que fomentar

Blanco ha destacado también el hecho de que el beso de Rubiales a Hermoso fuese delante de una cámara. “Le ha mostrado a la gente fuera del deporte que estas cosas suceden”, ha afirmado. Además, ha señalado que esto ha hecho que voces procedentes de fuera del deporte hayan sido las que han dado la voz de alarma. “Dentro no ocurre”, ha lamentado.

“Cualquier dimisión o institución no va a ser suficiente si no nos sirve para entender que hay que estudiar y que hay que visibilizar las violencias sexuales en el deporte con la urgencia que se merecen”, ha concluido la experta.

Sobre las expresiones de alegría o de júbilo que se producen en el ámbito deportivo, la psicóloga sanitaria de psicólogos en Torrelodones (Madrid), Diana Sánchez, ha declarado por su parte que “nunca pueden invadir la intimidad de otra persona”.

En este sentido, ha opinado que, actualmente, se está “más alerta” con ciertas conductas como la acontecida en la final del Mundial femenino de fútbol, al considerar “que hay una invasión de la intimidad, del espacio físico de otra persona y, además, un abuso de poder por esa jerarquía”.

Sin embargo, ha celebrado que “las nuevas generaciones se están criando y educando, cada vez más, en una educación mucho más igualitaria, desde las familias y los colegios”, algo que ha reivindicado que “tiene que seguir fomentándose”, ya que “no se puede estar haciendo un gran esfuerzo a nivel educativo y sociofamiliar y estar diciendo que las mujeres tenemos, no solo los mismos derechos y las mismas oportunidades, sino también derechos a nuestros propio cuerpo e intimidad, y que luego en ciertos ambientes o sectores se vea que esto no es así, que no hay respeto”.

Una sociedad que usa la violencia como forma de expresión de la alegría

Aunque señala que “aún queda camino por recorrer”, la psicóloga ha apuntado también que en muchas empresas existen actualmente políticas “muy marcadas” en lo que respecta a las conductas adecuadas o inadecuadas en el entorno laboral. "De hecho, se hacen estudios de caso cuando hay una denuncia, una queja o una reclamación por parte de una empleada que haya sufrido un acto de este tipo", ha señalado.

Sobre esto también se ha pronunciado el exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género, Miguel Lorente, cuando lamentó en unas declaraciones que España fuera "una sociedad capaz de utilizar la violencia como forma de expresión de la alegría".

"Me parece una polémica muy lógica, muy expresiva de lo que es una actitud crítica ante este tipo de conductas, que están totalmente normalizadas, por lo tanto, invisibilizadas, porque lo que él lleva a cabo es una agresión sexual. Lo que pasa es que no hay denuncias. Si él hace eso en otro contexto o en este y la jugadora lo denuncia, de todas todas lo condenan", lamentó.