Polémica en la Selección Española Femenina de fútbol. Las quince jugadoras que han pedido no ser convocadas han respondido esta tarde a la Federación a la que acusan de haber filtrado, de manera parcial e interesada, su supuesta renuncia a jugar.
Aunque la bomba ha estallado en las últimas horas, la crisis de la Selección Femenina de fútbol se hizo evidente tras la Eurocopa. Se pudo sentir en una comparecencia tensa donde el entrenador se sintió atacado. Cuando ellas pidieron cambios tras caer eliminadas en cuartos. En la trastienda, se intuía el descontento con Jorge Vilda.
Ha pasado un mes de aquello y ellas han tomado el protagonismo con un órdago insólito,15 jugadoras, muchas de ellas titulares, piden no ser convocadas con la Roja. Alegan motivos emocionales y de salud. De su parte, se pone incluso Megan Rapinoe, la estrella de la selección estadounidense.
No es nuevo que un vestuario se amotine contra un entrenador que se lo digan a Setién, en el Barca, a Camacho con los galácticos. Lo que sí es nuevo es que tantas jugadoras se hagan una zancadilla tan arriesgada a 8 meses del sueño para cualquier deportista, el Mundial. La Federación se enroca, no admite presiones, confía en su entrenador, le considera incuestionable.
Ante el revuelo, esta misma tarde las jugadoras difunden un comunicado, al que se suma Alexia Putellas, balón de oro y en el dique seco por lesión. Aclaran que no renuncian a la selección como ha aireado la Federación. Defienden una apuesta decidida por un proyecto profesional e insisten que nunca han pedido el cese del seleccionador. Comunicado que abre aún más la herida.