Un niño de solo cuatro años ya es toda una promesa del golf. Se llama Yari y a su corta edad ya juega de manera espectacular, como se puede ver en las imágenes, como todo un profesional. En su primer cumpleaños le regalaron sus primeros palos y desde entonces no ha dejado de practicar. Sueña con convertirse algún día en uno de los grandes de este deporte.
Guillaume tiene claro que de mayor quiere ser pianista, pero este "niño prodigio" francés ya lo es a sus apenas seis años. Los pies no le llegan al suelo en la banqueta del piano, pero sus manos recorren el teclado con un talento y un virtuosismo imposible para su edad.
Con apenas 6 años se atreve con piezas de complejidad, esas que a otros acobardan. En casa, su padres pronto advirtieron su buen oído musical, capaz de repetir pequeñas canciones, sin partitura, sólo de oído.
Con 4 años empezaron las clases de piano y ahí el profesor rubricó la intuición paterna. En su carrera se había encontrado con mucha gente de talento, pero no como la del pequeño. El cóctel perfecto de cabeza, corazón y habilidad de manos. Su corta carrera ya tiene dos medallas del gran premio internacional de música virtuoso de Salzburgo.