"Los últimos años del colegio fueron muy duros para mí. Prácticamente me quedé sin amigos, recibía mucha caña por parte de los profesores por mi forma de ser y en mi casa mi hermana me hacía la vida imposible. Fue entonces cuando encontré refugio en el mundo de los videojuegos", cuenta Esteban, estudiante de módulo superior, quien a sus 26 años lleva más de 20 jugando en diversas plataformas. Gracias a ellos ha conseguido meterse de lleno en otras realidades y olvidar por unas horas la situación en la que se encontraba. Para él, los videojuegos servían de terapia de cara a tratar una de las enfermedades más comunes del primer mundo: la ansiedad.
Según un estudio sobre la ansiedad en España llevado a cabo por Cinfasalud y avalado por la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, 9 de cada 10 personas ha sentido estrés a lo largo del último año, mientras 4 de cada 10 les pasa de manera recurrente. En cifras, eso equivale a 12 millones de personas. Entre los estudiantes, como era el caso de Esteban, el 55,6% lo sufren de forma periódica.
Esto viene acompañado por lo que dice el 'Journal of Cybertheraphy and Rehabilitation' sobre lo que se activa en nosotros al jugar a los videojuegos: "Se puede observar un cambio en la actividad alfa en las áreas frontales del cerebro (zonas identificadas con la relajación y un buen estado anímico), así como una menor tasa cardíaca" (que se relacionó con un menor estrés) tal como se ha expuesto en el estudio. Por eso no debe extrañarnos que cada vez más personas acudan a los videojuegos para que su mente sea capaz de dejar durante un rato los problemas del día a día.
"He vivido varias etapas muy duras que me han llevado al borde del abismo, quitándome las fuerzas para seguir adelante. Pero cada vez que cojo el teclado o un mando y, empiezo un videojuego nuevo, disfruto de unos momentos de paz en los que puedo relajarme y olvidarme de los malos pensamientos. No toda la ayuda que proporcionan consiste en escapar de la realidad. Cuando sabes mirar, los juegos están llenos de lecciones vitales y de historias conmovedoras, que aportan nuevos puntos de vista a situaciones que pueden darse en la propia vida", según dice Esteban basándose en su propia experiencia.
Al igual que Esteban, María es otra joven gamer que nos habla de los juegos que elige en función de la ansiedad que padece. A sus 25 años se encuentra trabajando en un callcenter mientras ahorra para poder volver a España a trabajar de profesora.
"Si es por algo que me ha pasado en el trabajo, me dedico a juegos de acción. De esta forma me voy calmando y sintiendo mejor. Si la ansiedad venía por algo de la salud, pues juego más en plan novela gráfica (como 'Life is Strange') y básicamente busco algo que me distraiga. Una historia, en la que yo tenga que tomar decisiones y que me haga pensar menos en todo lo que me afecta en el día a día", ha contado sobre su vía de escape.
Y, al parecer, hay bastante más lógica de la que pensamos en esto. La Universidad de Playmouth (Reino Unido) llevó a cabo un sencillo experimento para refutar sus teorías: pidió a 113 alumnos que describiesen sus problemas de ansiedad, tras lo cual tuvieron que jugar una partida de Tetris. Aquellos que lograron finalizarla con éxito vieron su ansiedad reducida en un 24%. De esta manera quedó demostrada que la sensación de control, de una meta clara y unas líneas que marcan el camino, estimulan el cerebro de forma positiva.
Profesionales del mundo de la psicología, consultados nos aclaran estos resultados. "No hay videojuego que sirva como desestresante universal. Lo que a uno le relaja, a otro le crispa. Sin embargo, sí es evidente que los videojuegos sirven para centrarse en otra cosa y no estar rumiando todo el rato un problema. Dependerá de la persona".
Atrás han quedado las leyendas urbanas sobre cómo los videojuegos incitaban a la violencia. Las compañías se han puesto las pilas a la hora de ofrecer juegos alternativos, más centrados en ofrecer sensaciones de paz y espiritualidad. Por ejemplo, 'Flower' (desarrollado por Thatgamecompany), nos muestra que la vida puede ser sencilla al convertirnos en un pétalo cuyo objetivo será reunir otros pétalos de flores para llevarlos volando a través de majestuosos paisajes. Otro caso también lo veríamos en 'Journey', que nos ofrece un viaje en el que cruzaremos gran cantidad de mapas hasta llegar a una montaña, interactuando con otros jugadores mediante una serie de acciones. Un juego en el que priman los sentimientos mediante un viaje muy visual y sonoro.
Por otra parte, los videojuegos nos ayudan en esos momentos en los que no sabemos dónde meternos: "Creo que vivimos en un mundo en el que se nos impone el cómo, cuándo y quién debemos ser bajo pena de convertirnos en unos marginados, si fallamos. Y es bueno cometer errores y el hecho de poder volver a intentar un propósito las veces que sean necesarias", reflexiona por último Esteban.