Por qué estoy enganchada a la consola como cuando tenía ocho años
Cuando creía que ya era una adulta, ¡boom! Llegan la Nintendo Switch y la Play Station 4 y te vuelve a cambiar la cabeza como si fueras una 'mica' de nuevo. Siempre me han gustado los videojuegos, desde mi primera consola, pero nunca me había dado tan fuerte. Además de la Game Boy, otras Navidades me cayó una Play Station 2 y en un cumpleaños, la PSP. Sin embargo, siempre he sido más de Nintendo por su simpleza en el modo de juego a la vez de divertido, por no hablar de los modos multijugador.
En mi opinión, la Switch es una consola para vivir en un mundo paralelo constante, ¡lo mismo me la llevo por ahí como la conecto a la televisión de mi casa! Llevo un mes con ella y no he podido parar: me entran ganas de comprar videojuegos todo el rato, tengo tics en las manos y cada vez que escucho alguna referencia, me vuelvo loca por estar jugando. Cada vez que tengo la oportunidad, reto a la gente de mi alrededor a una buena pelea virtual.
Sin llegar más lejos, dos amigas mías también tienen la Switch, algo que me incentivó aún más para hacerme con ella. ¿Por qué? Por el maravilloso modo online con el que puedo jugar desde donde sea, echándonos un competitivo al 'Super Smash Bros' o al 'Mario Kart 8 Deluxe'. En una sola semana, me he pasado la Liga Pokémon del 'Let’s go Pikachu', en una media de 40 horas (y ojo, que mis pokémon están muy 'chetados'). Además, me he descargado más de 10 juegos y lanzo mi gorra en la vida real sin poder convertirme en cosas.
La verdad es que no puedo parar, ahora mis quedadas se han convertido en competiciones constantes y risas delante de la pantalla. Mis amigas y yo quedamos cada vez en casa de una para comer juntas y tirarnos el día jugando. Y con mi pareja… ¡madre mía! No hay día que no me la pida (o me la robe) para jugar al Zelda o pasarse la historia del Smash. Menos mal que se ha hecho con su propia Play 4… Y cuando no pasa esto, pues nada, se puede ver a una pareja muy feliz: uno con cabalgando por el antiguo oeste en el 'Read Dead redemption 2' y otra, con la Liga Pokémon.
Pero, ¿qué es lo que hace que los videojuegos nos den tan fuerte hasta que se nos vaya un poco la olla? Yo creo que es el puro entretenimiento, la adrenalina de la competitividad, las risas con tus amigos por ver quién es un 'noob' y quién el maestro del juego. Los 'millenials' nos hemos criado con videojuegos desde pequeños y hemos visto crecer a la industria, desde los primeros pixelados de la Game Boy hasta el bombazo de la Nintendo 64, pasando por la Play Station 2, la PSP o la Wii.
La verdad es que los de mi generación siempre caemos. Siempre. Nos encanta revivir nuestra infancia una y otra vez, tal vez sea por eso por lo que nunca nos cansamos de los 'remakes' y 'revivals' de Mario, Spyro o Pokémon. Pero no es solo eso, también nos encanta vivir en nuestros mundo de yupi y de fantasía para no ver esta realidad que tanto nos frustra a los millenials. Vamos, que más vale consola en mano mientras estás en el paro. Tengo que dejaros, que ahora mismo Pikachu me está llamando.