Una organización benéfica británica busca personas dispuestas a pasar cuatro meses en la Antártida durante el verano austral para realizar tareas que incluyen el conteo de pingüinos. Para algunos puede ser el empleo de sus sueños, aunque eso sí, está algo lejos de España, a unos 15.000 kilómetros, y en un lugar gélido.
El requisito imprescindible para formar parte de este equipo es no ser muy friolero y tener aptitud para las matemáticas. Porque el trabajo básicamente consiste en contar pingüinos en la oficina de correos que tiene desde hace décadas el Reino Unido en Port Lockroy, en la Antártida.
Los seleccionados por el Fondo del Patrimonio Antártico del Reino Unido -organización que ofrece el empleo- atenderán a los 13.000 turistas que visitan la zona durante la temporada de verano. Tendrán que encargarse de la tienda de souvenirs, del pequeño museo y, por supuesto, cuidar a los pingüinos.
Lo cierto es que no hay inodoro y la única ducha es meterse al agua. Ni luz, ni calefacción y de wifi, ni hablar. La caseta de madera se conserva como lo inauguraron y habitaron durante tres años en plena Segunda Guerra Mundial un grupo de 49 hombres. Sus enseres aún se conservan. Port Lockroy fue la primera base británica permanente en la península antártica.
El salario es de 2.000 euros al mes y solo hay cuatro plazas, por ahora. Los solicitantes tendrán su base en la isla Goudier en la península antártica. Los miembros potenciales del equipo deben postularse para el trabajo a través del sitio web de UKAHT (UK Antarctic Heritage Trust) La fecha límite final es el lunes 25 de abril.