Los champiñones son un alimento muy versátil para nuestras comidas y que puede ser muy útil en diferentes tipos de dietas. Es conocido por esa facilidad para utilizarse en el día a día, pero además sus grandes propiedades lo convierten en un alimento por excelencia para los nutricionistas. Entre sus múltiples beneficios, según diversas webs especializadas, destaca:
Son una fuente de potasio, mejorando la presión arterial, lo que favorece a fortalecer el corazón. Se trata por tanto de un alimento que puede ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares.
Al ser ricos en selenio y vitamina D, siendo una fuente de antioxidantes, contribuyen a la reparación del ADN, lo que evita que se sufran mutaciones e inhiben el crecimiento de células malignas que pueden provocar cáncer.
Además del potasio, los champiñones también son fuente de vitamina B1 o tiamina, que ayuda a generar energía y a regular el buen funcionamiento de nuestro sistema nervioso, además de ser un gran aliado del estado anímico y la actividad mental.
Picar entre horas es uno de los mayores errores que los nutricionistas critican a la hora de seguir una dieta. Por ello, la mayoría de ellos busca alimentos saciantes que nos ayuden a reducir nuestro apetito y a no caer en la tentación de los odiados snacks. Por su alto nivel en fibra los champiñones pueden ayudarnos a conseguir esta sensación de saciedad.
Ya hemos mencionado varios de sus componentes que aportan beneficios a la salud, como el potasio y la vitamina B1, pero además los champiñones tienen un alto valor en minerales como el cinc o el cobre que previenen la caída del cabello y fortalecen su crecimiento.